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Quinze... Veinte... Treinta minutos, treinta minutos fueron exactos para que aquel chico de brazos musculosos perdiera la paciencia y saliera de la biblioteca con sus libros en brazos dispuesto a guardarlos en su casillero, lo habían dejado plantado, solo era unas clases, claro esta, pero aún así se sentía ofendido y un poco triste,esperaba poder conocer mejor a aquel chico de cabellos rosados, bueno, quizás otro día.

—Ya es tarde.... —
Se alzó de hombros un tanto desanimado y simplemente se dispuso a salir del instituto con las manos en sus bolsillos y con sus audífonos conectados a su teléfono, estos reproducían "señorita" estaba claro que no entendía un caraho de aquella canción, aun así, le gustaba y era lo importante. Tomó el bus y se dispuso a mirar el paisaje que la ciudad le brindaba mientras esperaba llegar a casa.

Por otro lado, un sudoroso hyungwon maldecia bajo entrando a la biblioteca escolar con la esperanza de encontrar a su amor platónico, nada por aquí, nada por allá, aquel chico ya se había ido desde hace un buen rato.

—hyungwon que idiota eres, has llegado tarde... —
Un pequeño puchero se Instalo en sus labios, haciendo que estos se abultaran de una manera tierna, pequeñas gotas de sudor recorrían su frente y sus piernas parecían fallarle en cualquier momento.
—mañana será otro día—
Dejó escapar un leve suspiro y se dispuso a salir de aquel lugar, claramente estaba cansado, no llegó a más allá de un parque, sus piernas estaban débiles y estaba muy cansado.
—¿desde cuándo dejé de estar en forma? Mierda, estoy muerto.—
Con pereza se dirigió a una de las bancas de aquel lugar, recostandome en esta y durmiendose prácticamente al instante.

Aquel chico, Changkyun, pasaba casualmente por ahí, sonrio instantáneamente al mirar al chico de grandes labios durmiendo en una de las bancas. Con mucho cuidado se acercó sentandose en el espacio disponible, tomó la cabeza del pelirosa recostandola en sus piernas y dejó leves caricias en el cabello ajeno.
—Su cabello es sueve, como el de una princesa, vaya, es todo un dios de belleza... ¿Debería besarlo? Digo... Esta dormido y eso... —
Sonrio Internamente al mirar el como los labios contrarios se entre abrían un poco, instintivamente paso uno de sus dedos por estos, sinriendolos suaves, muy suaves, poco a poco fue acercando su rostro al contrario, hasta en punto de rozar sus labios con los del pelirosa.

—Oye ¡tu! ¿Que crees que haces, eh?-

  ❝🄰🅁🄼🅂❞♡ʟʜs-ᴄʜᴡ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora