La pequeña de papá

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Ellos miran la aldea desde las alturas a lo lejos. Las rocas hokage son diminutas ante su mirada, pero las vistas de Konoha, son lo que realmente les deja conmovidos, aunque no lo hagan expresar.

La aldea cambia, el tiempo transcurre rápido y en un abrir y cerrar de ojos, son conscientes de que la aldea ya no es la misma. Ya no son unos niños. Siempre que salen de viaje y regresan, encuentran la aldea más diferente. Bueno, ellos no suelen salir mucho o en caso contrario, salen por largos periodos.

Naruto suspira y se arregla el cabello. En unos meses, la cara de un nuevo Hokage adornaría la aldea. Después de él, Konohamaru sería un nuevo miembro para la generación de rocas que eran el principal símbolo de la aldea.

Sasuke se deshace de su capa con su característica tranquilidad, disfruta del anochecer en Konoha como suele disfrutar siempre que regresa a su hogar. Así sea en las penumbras de la noche, justo cuando sus aldeanos se van a dormir.

—No hay nada como estar en casa —canturrea Naruto mientras se estira y empieza a caminar en dirección a la aldea. Su aldea — El calor en Suna es infernal, Shikmaru, ¿cómo soportas los periodos vacacionales en ese lugar que es prácticamente un desierto?

Shikamaru se encoje de hombros y sigue su camino.

— Si no hago ver que disfruto, me gano una noche durmiendo en el sofá, cortesía de mi amada esposa— Naruto ríe con ganas, pero no lo duda. A diferencia de Temari, su esposa era mas tranquila, ligera y cariñosa, quizás un poco ¿sumisa?

— Ah, bueno. Nos hemos encargado de ese asunto pendiente. ¡Oe! Shikamaru, tienes suerte de que Temari haya decidido quedarse unos días más, podrás dormir tranquilo y dejar la ropa sucia botada por ahí —el nombrado asiente y suspira relajado, un par de noches de descanso de su esposa los necesitaba — se supone que llegaríamos en dos días pero hemos sido tan rápidos que estamos de regreso bastante pronto. Kakashi se va a poner feliz, cuando le dije que los tres viajaríamos a Suna para arreglar los problemas de ampliación de territorio. Su cara era un poema 

— Y la pila de documentos que te espera, Naruto

Inmediatamente su gesto cambia, la sonrisa burlona desparece y deja caer los hombros en una mala postura mientras pone cara de poker, Naruto es consciente de que Kakashi, seguramente se había sentado en esa silla como niño bonito y no había tomado ni un solo papel.

A su lado. Sasuke se mantiene distante y tranquilo ,como siempre ageno a sus conversaciones, solo tiene mirada para la aldea. Su esposa, había viajado lejos para visitar a sus padres en compañía de su pequeño hijo Itachi de tan solo cinco años. Quizás regresarían un poco después. Su hija se había quedado sola y pese a que había rondado por su cabeza buscar que alguien cuidase de ella, no podía.

Su hija, ya no era una niña. Sarada tenia diecinueve, era una mujer bella en físico y alma, de un carácter tan fuerte como el de su madre y una carisma de las que eran contadas las personas testigo de su amor incondicional. Solo quería apurar el paso para asegurarse de que estaba bien, sana y salva.

 ...

Shikamaru llega a la entrada de su casa y busca entre sus bolsillos las llaves de su hogar. Tras palpar varias veces, saca una caja de dulces de mentas y entre estos, sus llaves con un colgante simple. Pese a tener quince llaves en su interior, reconoce de inmediato la que abre la puerta de su hogar. Eran quizás las diez de la noche, algunos dormían, pero para otros, la noche era joven. Pero él tenia tan poca energía que solo deseaba dormir hasta que fuera necesaria su presencia.

Shikamaru abre la puerta y siente el típico aroma a caoba que desprende su casa, si tuviera mas energía. Invitaría a su hijo a beber un poco de sake mientras juegan una partida de shogi, pero en realidad estaba, demasiado cansado.

𝑶𝒏𝒆 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒔 ˢᵃˢᵘˢᵃᵏᵘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora