Capítulo XII

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Bautista convirtió a Maitena en vampiro, y las dos horas para que vuelva a la normalidad están a punto de culminar. Los M-Men pudieron curar a su compañero Melgar a tiempo y Marcos llamó a su arma letal, Metalko, para intentar acabar con Bautista, pero ahora éste robot no lo obedece y tiene una enorme fuerza. ¿Qué tendrá el destino preparado para ellos?...

 Francisco seguía meditando tranquilo mientras los M-Men volaban cerca de él, pero ni se inmutaba. Estaba muy concentrado, nadie sabía haciendo qué.

- ¡Ayúdanos, chino! - le dijo Thomas. Francisco frunció el ceño.

Metalko estaba machacando a los tres M-Men a la vez, sin cansarse. Maitena, todavía convertida en vampiro, usó sus poderes para crear un tornado alrededor del monstruo de metal. Solamente pudo detenerlo un poco, el robot era mucho más fuerte que Maitena.

Y Luciano seguía corriendo. Llegó a la nave. Entró a la cabina del piloto y cuando iba a arrancarla para huir del planeta, Magalí lo aturdió con una de las pistolas sónicas.

Magalí dirigió los ataques de las armas de la nave hacia el robot, pero obviamente, tampoco le hicieron nada. Metalko vio la nave, y le lanzó una especie de torpedo. Magalí salió justo antes de que explotara.

- ¡Maldición! - dijo Marcos- Esta cosa es mucho más poderosa que la última vez, no creo poder encerrarla ahora... ¡Y destruyó nuestra nave! Llamarlo fue un terrible error...

- No te olvides de mí, irritante humano... - se escuchó la voz de Bautista detrás de él- ésta vez voy a asegurarme de rematarte, y no tienes nada con qué protegerte.

Marcos sacó un látigo de electricidad de su manga.

- ¿Cuándo dejarás de tener tantas malditas armas? ¡¿Y era necesario un látigo?! - dijo Bautista cual vieja quejosa y le dio un puñetazo en la panza.

- ¡Tus golpes son mucho más débiles que los que dabas antes! Y veo que ahora tampoco podrás morderme, te faltan tus colmillos. Ahora sí voy a darte una paliza, infeliz...

Marcos y Bautista no dejaban de darse golpes. Marcos lo electrocutó. Bautista cayó al suelo, pero saltó alto y con una patada casi noqueó a Marcos. El vampiro iba a darle el golpe final, pero Magalí apareció por atrás y le disparó con su pistola sónica.

- ¡Como si una pistola pudiese aturdirme! - Bautista luchaba de forma pareja contra Magalí y Marcos a la vez.

Marcos convirtió la energía de su látigo en una daga. Con unas cuantas estocadas, llegaron a un precipicio.

- Si te rindes, te llevaré a la prisión galáctica, si no, mueres- amenazó Marcos apuntando hacia el vampiro su daga.

Bautista se arrojó hacia el precipicio.

- Qué idiota- dijo Marcos. Convirtió su daga en una soga y ésta se ató al pie derecho de Bautista.

- ¡Te llevaré conmigo! - le gritó Bautista, mientras hacía fuerza para que la soga tirara a Marcos.

Magalí intentó agarrarlo, pero Marcos cayó al precipicio.

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Continuará...


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