Capitulo tres: La resurrección de un corazón embobado

160 4 2
                                    

Otro día. Cinco pañuelos con moco a mi alrededor. Una cuchara sopera con dulce de leche tirada en el piso junto con el envase, luces apagadas y mi respiración. No tenía idea de que hora era, pero si era consciente de que tenía un pie empujándome la espalda.

¿Qué carajo?…. Esperen, ya recuerdo. Sasha, la amiga que estuvo acompañándome y secando mis bobas lagrimas. Inutil podría ser la palabra que defina las lagrimas que se derramaron durante la tarde de mi cumpleaños.

No tengo idea hasta que hora nos quedamos pero aprovechamos excelentemente el tiempo, cantando canciones con muchos insultos. Que incluían los nombres de Simon y Carolina. Tambien miramos películas para niños en donde había hadas y tierras con flores hermosas.

Al diablo con eso, la vida en este momento es una mierda.

-Sasha, despierta. Me estas rompiendo la espalda-

-………..-

-Mmm- ¿Cómo podre despertarla? ….- ¡¡¡¡SASHA SOY BATMAN!!!!

- ¿Eh? ¿Qué? ¡¿Quién?!.....Mongola me asustaste toda- dijo secándose el pelo mojado de la cara (¿Y estaba mojado porque…..? Ahh.. Se babeo)

-Y vos me rompiste la espalda- saque la pierna y la puse en mi hombro.-Estas piernas…..- dije palmeándola.

-¡Hay no! Sali boba. A veces me das miedo ¿Sabes?- y con eso, rápidamente retiro su pierna.

-¿Solo a veces?- respondí moviendo mis cejas sugestivamente. La cara que puso era para un cuadro.

-¿Qué hora es?- pregunto agarrando su celular y volteándose como el exorcista- ¡¡JESUS SANTO CAMILLE!! 15 MINUTOS PARA LLEGAR A LA ESCUELA

-¿¡QUÉ!? Imposible, mi mamá dijo que nos iba a levantar- repuse en tono serio.

-Bueno, al parecer, no lo hiso, mira- respondió  pasándome un papel.

  Cariño, tuve que acudir al trabajo más temprano. Confio en que, igualmente vayas a la escuela. (voy a llamar para controlar) 

                           Con cariño, mami

¿Qué? ¿Encerio? ¿Encerio cree qué me puedo llegar a levantar temprano? Bueno, las espectativas de madre con respecto a mí, son mucho más altas de lo que espere.

-Bueno, al parecer cree en nuestro espíritu de almunas, asi que cámbiate y agarra dos manzanas.

-¿Dos manzanas?- pregunté un tanto sorprendida

-El desayuno es el alimento más importante del día- y con un guiño salió de la habitación.

¿Enserio? Agrr- Nosotras llegando tarde y ella preocupada por la salud. No jodan.- Y péinate por favor, con una buena lavada de cara, tienes rímel hasta en la boca.

Imposible, no no no… Gius ¡¡Era verdad!!

                                                                       *            *            *

Por lo menos, solo tardamos 10 minutos en cambiarnos. Sasha había venido de la escuela directamente para mi casa, así que sus útiles y uniforme estaban guardados. Después de 25 cuadras a todo dar, corriendo como si nuestras vidas dependieran de ello (y porque así era) llegamos, transpiradas y muy agitadas.

Nuestro profesor de historia nos puso 5 minutos de tardanza, con la advertencia de que una sola vez mas y va amonestación.

Uuuh los cinco minutos se los puede meter……

Y claro, después de nosotras, más o menos a los cinco minutos de que llegáramos ¿Quién viene? Carolina. Acompañada de su secuas, Maya.

Mi sangre hierve y creo estar como un tomate. Pero me reconforta que al menos ella también reciba tardanza, o al menos eso es lo que. . .

-Chicas, ¿Por qué han llegado tarde?- Pregunta malhumorado el profesor.

-Si hermosuras, hacía falta su presencia- gritan de atrás.

-Ooh.. Querido profesor, es que nos hemos visto obligadas a buscar algunos libros. Por favor no se enoje- respondió aleteando sus pestañas. ¿Qué se cree? ¿Ricitos de oro?

-Mmm- fingió meditar- Muy bien, la próxima vez no se los perdonare.

No te creo, ¡¿QUÉ?! ESO ES TOTALMENTE INJUSTO. Maldito infeliz, ya va a ver. Maldito, maldito. Y aparte, ¿DÓNDE COJONES ESTAN LOS LIBROS DE LA ZORRA?

-Bueno chicos, hoy vamos a hacer un trabajo…. Grupal- dice con una sonrisa en su estúpida cara. Todos sabíamos lo que eso significaba.

EL. PROFESOR.IBA. A.ELEGIR.CON.QUIEN.NOS.TOCABA.

Emm quiero aclarar que esto es muy malo ya que mescla a las zorras con los chicos buenos, a los “frikis” con los estúpidos chicos de mi salón y los demás, si tienen suerte, con las personas normales que quedan. Siempre fue así.

El profesor se nos quedó observando, deleitándose con el sonido de nuestras quejas.

-Bueno, bueno. Tienen que hacer un resumen sobre el último libro que leímos sobre la Segunda Guerra Mundial, es decir, El Diario de Ana Frank. Entregado para la semana que viene.

Lo había leído, me gusto. No tenía problemas, estaba bien. Pero Sasha, me miro con cara de desesperación, esa que delata el “Mierda, no leí nada” Y yo le di mi promesa de que la iba a ayudar mediante señas.

El profesor siguió hablando- Y como saben, voy a elegir a los grupos, van a ser de a dos y los voy a elegir aleatoriamente.

Fue nombrando algunos pares, la mayoría de personas que conformaban nuestro pequeño curso, no tuvo ningún tipo de suerte.

Tristemente, a los chicos de nuestro pequeño grupo les fue mal: A Marcos, un chico enano le toco con una de las rubias parlanchinas, A Roki con Luter, un abusador,  a Jules con el mujeriego de Patrick y a Martin con Maya (la secuas de Carolina)

A las chicas, incluyéndome, nos fue fatal: a Katherine con nada más y nada menos que *redoble de tambores* Carolina. (si me lo preguntan, va a ser un milagro que ninguna de las dos muera en el acto.

A Sasha con otra de las rubias bien desarrolladas (de cuerpo)

A Rossie con una chica normal llamada Mara, ella está en el grupo de normales. Me cae bien, nunca dijo nada malo de nosotras por lo que se, es solo que nunca hablamos con las integrantes de su grupo porque son como, aliadas de las parlanchinas. No son malas, su grupo está compuesto por unas cuatro, quizá cinco chicas normales, no me acuerdo, pero se llevan bien con las otras chicas y ese es el problema. Si nos hicieramos del mismo grupo no podríamos comentar e insultar a todo el mundo por obvias razones.

Mi turno, ya lo veo venir, seguro con otra de las rubias parlanchinas, o tal vez, solo tal vez si tengo suerte, con una chica normal...

Camille Baker (si, ese tristemente es mi apellido) con....

Thomas Wald

La cruel realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora