Día 2: Sueños

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Hoy nos ubicaremos en el post-canon, recordando vagamente algunos acontecimientos del pasado.

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Xie Lian aprecia las miles de luces doradas que flotan en el oscuro firmamento.

Está de pie en el balconcito de su habitación del palacio, viste sus túnicas ligeras de dormir y mantiene los pies descalzos. La brisita de la noche acaricia su rostro con frescura y su mirada es incapaz de alejarse de los puntitos luminosos en el cielo… Es un espectáculo precioso y la fortuna le sonríe al mantenerlo despierto a esas horas de la noche.

Se siente bien... Es acogedor, es familiar, y Xie Lian se pregunta vagamente si antes había visto algo tan hermoso.

De pronto, una luz platinada se cruza en su campo de visión, llamando su atención por su gran cercanía. Xie Lian es joven y curioso, bastante confiado y valiente, y no duda en acercar una mano hacia la mariposa que revolotea frente a él como diciéndole: ¡A mí! ¡Mírame a mí, su alteza!

La mariposa se posa elegantemente sobre su índice y sacude sus alas, a Xie Lian le parece ver brillantina expandirse de estas. Sonríe, enternecido con el pequeño ser vivo en sus manos, y la mariposa (aparentemente su meta fue cumplida) emprende vuelo…

Xie Lian sigue con la mirada la partida del fugaz visitante, pero el escenario frente a él ya no es el mismo que el de hace solo unos instantes.

No hay luces pequeñas y hermosas, sino llamas que se alzan furiosas. Él continúa en el palacio, donde nació y creció, pero este había perdido cada toque elegante y sofisticado volviéndose irreconocible debido al caos que atraviesa. Ahora Xie Lian viste de guerra, sucio y manchado de carmesí, y los gritos a su alrededor lo ensordecen. Y cierra los ojos con fuerza, incapaz de ver más.

Cuando Xie Lian abre los ojos hay silencio y oscuridad… Salvo por una pequeña luz de color, que terca no pretende irse de su lado.

Está echado descuidadamente sobre la tierra húmeda y siente la piedra fría a sus espaldas. El fuego fantasma se atreviera en su mirar, insistente y fastidioso, y cuando Xie Lian intenta alejarlo (está cansado, está débil... está triste) se da cuenta de la vasija que mantiene en su mano. Está vacía, él se bebió todo el licor después de todo.

Se rinde en espantar a su acompañante y se hunde más en su lugar, sintiéndose miserable. Entonces, el fuego se acerca lentamente (pareciendo tímido) y se posiciona frente a su mejilla. Xie Lian percibe el calor, distinto a los que había experimentado, y su mente agotada, ebria y fuera de sí piensa en esa acción como un pequeño beso para consolarlo.

Y riéndose de su propio pensamiento, que es realmente irrazonable, Xie Lian cierra los ojos derrotado.

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Xie Lian despierta y por un instante se halla desorientado... Hasta que siente el calor y suavidad familiar de los brazos que lo envuelven.

Este es su presente, la calma luego de la larga y fuerte tormenta que atravesó, y gracias a todo el amor que ha recibido todas esas memorias difíciles se van quedando cada vez más atrás... Duele, por supuesto, pero en esos momentos puede abrazarse fuertemente a su esposo para llevar paz a su corazón inquieto.

Y antes de caer dormido nuevamente, sintiéndose más ligero, besa la mejilla de su San Lang como un pequeño agradecimiento por el consuelo que le brindó en sus sueños. 

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Xie Lian Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora