Narrador omnisciente19 de noviembre del 2001
Gritos de dolor.
—¡Mi señora, tiene que pujar!—gritaba la comadrona.
—¡AH!
Esa era la única melodía que adornaba el ambiente tenso del castillo, pues aquel diecinueve de noviembre, nacía la pequeña princesa Carrington.
Todos estaban muy preocupados pues anteriormente la reina había tenido complicaciones durante el embarazo y temían que pudiese llevarlas a la muerte durante el parto.
—¡DÉJENME PASAR! ¡SOY EL REY! ¡TENGO DERECHO A VER A MI ESPOSA!
Exigía afuera de la puerta, intentado entrar a ver y ayudar a su reina. Pero lo que el no sabía, es que la misma reina había ordenado que no lo dejarán pasar.
Diez guardias de la corte real lo retenían, sin embargo mientras el luchaba por pasar su mejor amigo se reía.
–Sin duda alguna sigues siendo un cavernícola, ¿cuando vas a aprender que las cosas se resuelven hablando?–dijo el rey de Leblín riendo, mientras veía a su amigo bufar.
—¡Solo quiero que está decena de inútiles me dejen pasar!—gruño el rey escuchando nuevamente los gritos de su amada.
—Caballeros, en nombre del rey de Calín y Leblín, les ordenó que se aparten de esa puerta si quieren volver a ver la luz del día.
Aquellos hombres se apartaron asustados por tal amenaza, pues todos sabían que esos dos reyes no estaban en aquel puesto precisamente solo por ser apuestos.
Finalmente ambos reyes entraron apresurados a la habitación, encontrándose con al menos diez mujeres ayudando a parir a la reina.
—¡AH!
Se escucho de pronto el último grito de la reina, dando comienzo al llanto de una pequeña princesa.
—¡A NACIDO LA PRINCESA!—anunciaron.
El rey se acercó y la cargo sorprendiéndose de la nueva integrante pelirroja de la realeza de Calín.
Aquella niña de cabellos tan rojos como el fuego, miro por primera vez al rey enamorandolo con su preciosa mirada esmeralda.
—Mi pequeña niña de fuego.—suspiro el rey, acercándose a dónde estaba la reina.
—Es preciosa.
—Como tú, mi amada esposa.—se dieron un corto beso lleno de cariño y amor, en mera confesión de cuánto se amaban.
—Mis señores, ¿Ya tienen el nombre?—se acercó aquel hombre dispuesto a anotar el nombre de la nueva integrante de los Carrington en el libro real.
La pareja se miro cómplice sonriendo, pues sabían desde el primer momento que la vieron cuál sería su nombre y destino.
—Alina Aithne Carrington, princesa de Calín.—Dijeron al unísono.
Y así fue como la mañana del diecinueve de noviembre nació la pequeña princesa Alina Aithne, futura heredera de la Corona de Calín, considerada la princesa de fuego.
🔥👑🔥
¡Hola!
Si, soy yo de nuevo.Aquí un pequeño capítulo sobre la pequeña Alina Aithne
¿Que les pareció?
¿Que es Calín y Leblín?
¿Se come?
Momento, ¿Princesa de fuego?
:)
ESTÁS LEYENDO
FIRE QUEEN
FantasyTres razones despertaron el fuego interior de Alina Aithne. Ellos le habían hecho mucho daño y ahora era su turno. Pues el que juega con fuego, puede quemarse. ¿Habrá una excepción?