II

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Había pasado solo un tiempo desde que la lucha contra Cronos había terminado, y ojalá pudiera decirse que todos habían estado tranquilos. Claro que se esperaba que el siguiente verano todo volviera a la normalidad, que todos aquellos que habían decido marcharse temporalmente volvieran. Lamentablemente en el campamento mestizo nada es tranquilo, nunca, y si lo es parece que es cuando más debes preocuparse. Percy llegó de la mano de Anabeth corriendo hacia el punto de reunión, habían varios campistas alrededor de quién parecía ser Quirón y una chica tendida en el suelo. Percy la reconoció de inmediato.

—¡Rachel! — empujo a unos cuantos hasta estar a un lado de la chica que parecía estar delirando. Anabeth también se acercó sin saber exactamente que sucedía, hace unos días se suponía que Rachel se había ido a la Academia Clarion y no volvería hasta el verano entrante. Quirón apartó a Percy.

—Parece...parece que el oráculo hablará. — De pronto se sintió como un balde de agua fría, para ambos y es que Rachel había dicho hace poco la profecía de los siete ¿tan rápido tendrían una nueva? Sus ojos cambiaron de inmediato a un tono verde brilloso y empezó a hablar:

Bajo las tinieblas se alza la lucha eterna

Hacia quien vive de crueles cantares

Tres guiados por aquél que su destino no encuentra

Una flecha que revela su camino en el lecho de muerte.

Cuando se incorporó todos estaban helados. Una profecía nueva estaba en camino y por alguna extraña razón sentían que era ese momento. Los campistas murmuraban mientras Rachel se incorporaba confundida. Todos querían darle un sentido a esa profecía. Luego de un momento Quirón habló.

—Nadie va a negar que Percy y Anabeth deben ir. —nadie se opuso ni siquiera ellos. — Si la lucha es bajo las tinieblas...

—Nico Di Angelo. —Exclamó Anabeth. El hijo de Hades tosió espantando a unos cuantos. Vaya a saber quién cuanto tiempo llevaba en las sombras. —Pero aun nos falta el guía...y ¿Qué se supone que significa eso de aquel que no acepta su destino?

Todos voltearon hacia la cabaña de Hermes, porque había alguien que llevaba días sin ser reconocido por su padre o madre divina.

—Kim Taehyung va a guiarnos. —El nombrado sonrío nerviosamente dando unos pasos hacia atrás.

(...)

Luego de mucho discutiendo llevaban ya dos días en aquella misión. Incluso habían entrado al inframundo guiados por Di Angelo, pero la búsqueda en si estaba dirigiéndola Taehyung. ¿Qué buscaban? Ni siquiera él lo sabía. Había despertado en medio de la calle y luego había sido perseguido por una especie de arpía, hasta que fue rescatado por Thalía y otros semidioses que estaban en las colinas del campamento mestizo. Se le dio la típica bienvenida y luego se había instalado en la cabaña de Hermes esperando ser reconocido...cosa que jamás sucedió. Ni siquiera había indicios de que pudiera ser hijo de alguien, no controlaba el agua, era lindo pero los de Afrodita no podían reconocerlo, tampoco era muy inteligente para ser de Atenea. Y así con todos los dioses.

Anabeth iba a hablar, pero Nico sacó su espada. Todos escucharon una voz, una rara voz.

—¿Que increíble resulta el destino? ¿Te cambia de lares y te atrae conmigo? ¿aun sigues buscando un destino cuando el tuyo no es aquí construido? —una risa siguió a esa voz. Atrás de ellos una silueta extraña apareció. Era...inexplicable. Un león...pero con cabeza y busto de una hermosa mujer y alas, esa cosa tenía alas. Entonces saltó hacia ellos golpeándolos pero antes de poder alcanzarla los hizo caer al suelo.

—¿Qué diablos es eso? —exclamó Anabeth.

—Es la Esfinge. —mencionó Nico levantándose rápidamente.

—¿Esfinge? Creí que era un mito. —Taehyung era el que se notaba más aterrado. No había tenido una experiencia tan cercana a una criatura. Claro, sin contar la arpía que lo había perseguido porque esa vez no estaba del todo consciente.

—Mito..¿más mito que cruzar por los mundos queriendo ser participe de algo que no es lo tuyo? —seguía vociferando. Percy sacó su espada y corrió hacia ella. —¡ESTO NO ES LUCHA TUYA HIJO DE POSEÍDON! —la Esfinge saltó hacía Taehyung. Este intentó librarse de ella. Nico corrió dando de tajo hacia la esfinge quién soltó un grito aterrador. Anabeth dejó caer rocas hacia la esfinge pero esta fue más rápida y lo esquivó.

(...)

No sabían como la lucha se había vuelto tan difícil. Todos tenían heridas visibles y notorias, pero la Esfinge había sido clara, su lucha era contra Taehyung, por ello no era sorpresa que tenía a Anabeth, Percy y Nico atrapados tras una especie de cueva de piedra y revoloteaba sobre Tae. En una de esas Taehyung tomó el arco que había tomado antes de salir, fue lo único que se sintió capaz de manejar. Lanzó una, dos, tres flechas fallando.

—¿Es inútil? ¿Tal como hablar de más desatando el caos hacia aquellos que juraste lealtad? ¿Ahora atrapados están y sigues tratando de fingir saber dónde estás? —seguía soltando esos acertijos como si tuvieran coherencia alguna. Una de las flechas cayó directo hacia la esfinge perforándole el pecho, cayó con un estrepitoso sonido. Al mismo tiempo Percy lanzó una especie de agua que los liberó del encierro. Corrieron hacia la esfinge, Taehyung soltó una flecha más directo hacia el corazón de aquella cosa, la flecha soltó una luz tan brillante que todos tuvieron que retroceder. La esfinge se burló.

—Hijo de Apolo....já, lo único que me alegra es que seguirás apartado de donde perteneces.

—¿Qué está hablando esa cosa? —habló Percy mientras la Esfinge se estaba desvaneciendo entre la luz.

—¡Taehyung, el arco! —gritó Anabeth. El arco brillaba, Taehyung puso una flecha y la disparó, por instinto o por lo que fuera. La flecha fue directo a lo que quedaba de la esfinge, quién con una de sus patas arrastró a Taehyung hacia la misma luz donde se desvanecía.

Y todo se volvió blanco.

HeartbeatWhere stories live. Discover now