Los Sueños De Un Chico.

Sueño 2.

Este sueño me gustó mucho.

Estábamos tú y yo sentados frente al mar, estabas esperando un bebé, y mientras admirabas el mar acariciaba tu panza y te daba los mimos que tanto te gustan, besaba cada parte de tu carita y al escuchar tu risita, mi corazón latía bastante.

Te levantaste y decidiste ir al mar, no quise dejarte ir solo y fuí contigo.

Al estar ambos cerca, pusiste tus pies sobre la arena mojada junto conmigo, ambos sentimos el agua abrazar nuestros pies unos segundos para después retroceder, sentiste pataditas, y solamente dijiste:

A: Al bebito le encanta mucho esto~.
–Me miraste con aquella sonrisa que tanto amo, agarraste mi mano para adentrarnos más al agua y sentir un poco más alto el agua-.

Al llegar a un punto dónde el agua nos movía, agarre tu cintura sosteniendote y pusiste mis brazos en mis hombros, bese suavemente tus labios y junte mi frente con la tuya observando tus ojos.

V: ¿Sabías que te amo mucho? Admiro realmente el poder verte y sentirte, estoy tan feliz de poder tener una familia contigo.

A: Si dices amarme mucho, ¿De dónde a dónde y cómo me amas?~
–Sonries dando besitos en mis labios que tanto me fascinan, me abrazaste poniendo tu mejilla en mi pecho observando más allá del mar-.

V: Te amo del primer universo al último, a pasitos de caracol.
–Pongo mi mejilla en tu cabeza mirando a la misma dirección, admirando cada segundo de ese momento-.

Al llegar al hotel, quisiste entrar al jacuzzi que había ahí, te decía que no, pero me hiciste esa carita convincente que tanto amaba, al estar ambos ahí, entramos juntos y te acomodaste con cuidado sobando tu hermosa panza.

V: Juntos le daremos una vida feliz a este pequeño, tú y este cachorrito son lo mejor que me han pasado.

A: Tú también eres lo mejor que me ha pasado.

Ambos estuvimos un rato, hasta que nos besamos. Te cargue saliendo de ahí llevandote a la habitación del hotel, te acosté en la cama una vez adentro y con la puerta cerrada para después volver a besarte, me puse a tu lado poniendo mi mano en tu panza y tocaste mi miembro, ambos sabíamos que en ese momento, nuestra vida cambiaría, sabíamos que estaríamos en un lazo que jamás íbamos a romper y nadie iba a romper.

Ambos hicimos nuestro lazo de amor.