Se removió en su lugar, cansado, abarrotado por el dolor en su cuerpo. Sus piernas apenas llegaban a moverse, en un tenue desliz sintió como todos sus huesos crujían y una mueca se formó en su rostro, las manos de Jimin frotaron sus piernas con debilidad, el frío le recorrió la piel con fuerza. Sintió la humedad en ellas, el sudor que lo envolvía, la sensibilidad de las heridas jugaban en su contra. Sus ojos se abrieron con lentitud, cansados, pesados como el plomo. Sus manos volvieron a su pecho y subió por su cuello, sus mejillas hervían, sus manos temblaban. Se encogió más en la cama húmeda en sudor y sangre, y suspiró cansado.
Jimin escuchó la puerta y sus brazos rodearon su cabeza, apretó los ojos y presionó los labios, su cuerpo estaba tan débil que no podría soportar ningún golpe más. Sus oídos fueron conscientes de los pasos a su lado, las botas militares eran tan pesadas que el mismo suelo se encargaba de avisarle el terror que se avecinaba, se encargaba de avisarle a su corazón que latiera como un lunático ante la desesperación que crecía en su interior. Que sus manos tomaran con fuerza su cabeza, que su cuerpo se encogiera y forzara sus músculos en caso de recibir un golpe.
- Sé que estás despierto, Animal -lo escuchó, y su mirada se levantó para chocar con aquella tan vacía que le heló el cuerpo entero, el sudor de Jimin caían como gotas de su cabello y el Teniente lo miró sin expresión alguna-. ¿Tienes hambre, cosita?
Jimin no contestó. El teniente Morris se inclinó y apartó los brazos del chico de su cara, estas cayeron como peso muerto sobre la cama y crujió bajo el peso de ambos cuando de un salto el hombre se subió sobre el chico. Jimin lo seguía mirando a los ojos, sin quejarse, sin poner resistencia alguna cuando sintió que lo tocaban con pudor. Soltó su rostro y se puso de rodillas delante de él, obligó a sus piernas a que lo rodearan, las tomó y las acarició con lentitud. Jim se quejó por lo bajo cuando lo jaló con fuerza, quedando él muy apretado contra el teniente Morris, sus labios se entreabrieron justo en el momento donde él apretó la carne de sus muslos, con fuerza y una sonrisa gustosa apareció en sus labios.
Sonrió y rápidamente se quitó la camisa que traía puesta, el rostro de Jimin se deformó por completo y negó con lentitud. Sus ojos vislumbraron el pecho del teniente, rasguñado, cicatrizado por completo. Intentó alejarse y sintió su peso caer en su cuerpo, ahogándolo. Jimin apartó su rostro y la lengua del teniente viajó por su cuello. Sentía sus manos subir por su cuerpo, recorrerlo con lentitud y presionando con fuerza. Jimin negaba, con un nudo en la garganta que no lo dejaba hablar. El dolor de cabeza presente lo hizo cerrar los ojos. Sentía unas manos colarse por su pantalón. El teniente Morris se detuvo y sonrió al ver al chico.
- Parece ser que decidiste enfermarte en el peor momento, Animal. -comentó y se apartó de él. Jimin se quedó quieto en su lugar, sus manos viajaron a sus pantalones y volvió a acomodarlos-. Levanta ese cuerpito, Animal. Vamos. Te llevaré a un lugar que te interesará, te lo prometo.
Lo vio salir por la puerta, y su mente se quedó con la imagen de la espalda del teniente, estaba rasguñada, estaba devorada por cientos de cicatrices que lo estremecieron por completo. No tenía mordidas, no las tenía. Jamás fue animal de alguien. Lo escuchó gritar y se levantó con lentitud, el frío llegó a sus pies y su entorno se revolvió en su mirada. Estaba tan mareado, deshidratado y hambriento. Fue con lentitud, acostumbrado a tomar las paredes para caminar. Últimamente se había golpeado tanto que su cuerpo le exigía un descanso bestial. Cuando se quedó en el marco de la puerta, asomó la cabeza y esperó ver su sangre desparramada en el suelo. Como siempre la había visto en la cabaña con Yoongi, sin embargo, todo lucía tan normal como la primera vez que lo recorrió.
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VIOLENCIA ANIMAL [Adaptación] YoonMin
FanfictionYoongi jamás había tenido un concepto de amor. Para él, los besos de sangre eran mucho mejores que los tiernos besos delicados, para él, las marcas, las mordidas a carne viva en los cuellos eran mucho mejores que los chupones, para él la violencia e...