DARKNES- CLANCY'S SCAPE [2]

»JAMES BRAGISON«

(INICIOS)
“El mundo es una tragedia para aquellos que sienten, pero una comedia para aquellos que piensan”

James (8 años)

El hijo del dios de la sabiduría, ese soy yo y la mayoría me conoce así. En la escuela era el preferido de los maestros, en la calle era el príncipe de Bisdomsdalen. Pero siempre estaba solo y me aburría mucho, mis padres jamás estaban disponibles, no tenía hermanos, ni amigos. No convivía con nadie, pero no era que yo o ellos no quisieran, es que todos eran aburridos en mi opinión, me aburria muy rápido de todos. Jamás podía entablar una conversación larga con alguien ya que no lograban seguirme el paso con lo que decía y era obvio, yo tuve desde pequeño maestros adicionales a los que llevaba en la escuela, además de que iba dos años adelantado en la escuela. Conforme pasaba el tiempo los chicos de la escuela dejaban de hablarme y otros comenzaban a molestarme. Pero una vez en clase de biología tuve mi venganza.

–Debe ser venenosa– Dijo Iván, uno de los que me hacía la vida más horrible.

La maestra había salido a buscar algo pero nos encontrábamos en el laboratorio y tres serpientes descansaban en tres vitrinas pequeñas. Yo conocía cada una de ellas, la primera no era venenosa, tan solo era una víbora verde de árbol, la segunda era una conocida cobra real, la tercera era mi favorita, una Terciopelo. Iván, Aksel y Hans estaban viéndolas y decidiendo si agarrarlas o no. Para probarlos aún más yo saqué la víbora verde y la tomé entre mis manos. Ellos me miraban susurrando mientras acariciaba a la serpiente.

–¿Cómo sabes si no es venenosa?– Preguntó una niña a mi lado.
–Está en el libro de herpetología– Respondí muy seguro.
–Eres muy valiente– Dijo la niña viéndome.
–Valiente sería quién sacara a la Fer De Lance– Dije señalando a la última serpiente– Esa si que da miedo.
–No la saques, es venenosa– Le dijo Iván a Hans que quería tomar la cobra.
–La cobra real es muy venenosa, no lo hagas– Le advertí pues mis intenciones eran otras– Yo que tú no metería la mano.

Los tres idiotas se miraban entre sí y después a mí.

–Es obvio que no la iba a sacar, y ya sabemos lo que hacemos, no eres el único que puede estudiar, todos pueden abrir un libro– Dijo Aksel mirándome sobre su hombro, se acercó a la vitrina de la última serpiente.
–Que miedo, no lo hagas– Dije haciendo como que me asustaba.
–Eres un cobarde, deberías aprender de nosotros– Dijo Iván animando a Aksel– Ya lo dijiste, valiente es aquel que saque a la Fernanda.
–Se llama Fer De Lance– Corregí pero no les importó.

Sonreí para mí interior cuando la vitrina de la Terciopelo se abrió y Aksel metió la mano. Lo siguiente fue que el idiota sacó la mano con dos agujeros en la muñeca, tenía media hora antes de que su brazo muriera debido al veneno necrosante, osea... Que mata la carne del cuerpo. A Aksel se lo habían llevado a un hospital y a mí ahora me tenían acorralado en un callejón.

–Aksel puede perder la mano en este momento, ¿Cómo pudiste?– Preguntó Hans y sonreí aunque Iván apretaba mi cuello.
–Creí que lo sabían, cualquiera puede abrir un libro– Le dije recordando sus propias palabras y él apretó más fuerte.
–¿Te crees muy inteligente?– Preguntó Iván muy enojado.
–No es que yo sea inteligente...– Respondí sonriendo divertido– Es que tú eres idiota.

Iván me soltó y caí al suelo de rodillas mientras tosía.

–¿Algunas últimas palabras?– Preguntó Hans listo para patearme.
–Si... A lo mejor... Aksel ya no podrá hacer ésto– Dije casi sin aire y luego levanté el dedo medio.