Te van a hacer trizas. Te lo aseguro.
La vida no es lo que muchos presumen, y eso Rubí lo sabe muy bien.
Lleva cada minuto de su día controlado, meditado y agendado. Nada se le escapa. El mundo está para comerse y la vida para disfrutarse, pero hasta el mas misero bocado ha de ser contabilizado en su cabeza.
Y la verdad, ya estaba cansada de eso.
El cerebro estaba a punto de explotarle.
Tenia un trabajo estresante, un jefe de mierda, una vecina chismosa y un alquiler. Ganaba lo bastante bien para costearse los bolsos caros que su armario presumía, pero esa semana, llegarían a la empresa publicitaria donde trabajaba, unos inversionistas muy ricos que se debía encargar de atar al negocio. Y si eso no sucedia, definitivamente podía darse por perdida: ella, sus bolsos y los bonitos zapatos rojos que jamás le faltaban.
Necesitaba agua y sexo. Mucho sexo. Duro. porque de otra forma, definitivamnente terminaría arrancándose el cabello de la frustración.
Se despegó de la computadora con los ojos enrojecidos y la vista cansada. Anduvo por su departamento rumbo a la cocina para servirse un fresco vaso con agua. El liquido acaricio a su garganta con gracia.
—Definitivamente terminaré perdiendo la cabeza...—susurró para sí misma, y al compás de su crítica , el celular le vibró en el bolsillo del pantalón.
Dejó el vaso en el fregadero y encendió la pantalla. Era un mesaje.
"Tienes una notificación de Passionet Love"
Las letras rojas contrastaron con la ciudad que tenia de fondo de pantalla.
Rubí era una mujer de hombres. Simple. sin travas. Le gustaba el sexo, las aventuras y la pasión. Le gustaba sentirse deseada, encender las luces de la calle cuando sus tacones tintinearan en el pavimento. Era embriagadora e hipnotizante, sabía cómo poner a sus pies hasta al hombre más dominante (no por nada se metía con el odioso de su jefe que, para variar, le encantaba tener en su cama).
Tener un sitio para citas en su repertorio de aplicaciones jamás fue una duda, sino una necesidad. Lo hacía porque en ella podía encontrar caballeros de una sola noche, de esos que vienen con la luna, besan con constelaciones y se marchan con el sol.
Hombres a los que les habita fuerza en la boca y pasión en las manos, de esos que no piden explicaciones, y al día siguiente, se quedan solo con los suspiros lentos que lanzaste en sus oídos.
Esa era Rubí y eso era lo que ella buscaba.
Abrió la aplicación y entró al chat que tintineaba en una esquina.TheBlackSoldier: ¿Quedamos esta noche?
Sonrió leyendo la pregunta. Por tan solo un momento se olvidó de la presentación que debía elaborar para la junta con los inversionistas.
Reed: Ni siquiera te conozco jajaja.
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El Juego De Rubí | Juegos De Seducción II |
RomanceY cuando por fin se besaron, el mundo explotó. NO LEER INTRODUCCIÓN SIN HABER ACABO EL PRIMER LIBRO