Su voz se combinaba con el crujir del viento contra las ventanas, desprendiendo ese pequeño olor a quemado y putrefacción del que era imposible escapar, tratando dejar de lado todo eso que su mente usaba para hundirla, entre ello, la estática de radio que llevaba acompañándolos desde el inicio de la reunión, agitando su pierna por debajo de la mesa al ser devorada por los nervios
―Las condiciones del contrato quedan abiertas ante el incumplimiento de uno de los puntos anteriores mencionados en el contrato...―hizo otra pequeña pausa, mirando de manera fugaz los ojos del mayor. Juraría que la estaban atravesando.
―Pienso que sigue teniendo demasiadas lagunas ― escuchó la voz cargada de estática golpear su columna.
―Yo pienso que está bien, además no podemos tomarle demasiada importancia a la voz de un simple locutor, todo saldrá bien, podemos presentarlo y... ―El mismo locutor la interrumpió.
―A menos que queramos que de verdad nos tomen en serio, o mínimamente como alguien que tiene, aunque sea una idea de lo que hacemos, no podemos entregar esto, majestad. Lo entiende, ¿verdad? A demás, no es por lucirme, queridita― bamboleó sus manos frente a Vaggie― pero estás tratando con un demonio que ha firmado por lo menos un millar de contratos con almas que, hasta la actualidad, le pertenecen― canturreó en su rostro, aguantando un par de risas al verla gruñir con fuerza.
―Chicos, chicos, no hace falta que nos alteremos. ― se posó entre los dos separándolos con cuidado, mirando a Alastor con unos ojos nerviosos mientras se dirigía a la mujer con la lanza― tiene razón, Vaggie, ya hemos metido muchas veces la pata con los ángeles, creo que me quedaré otra noche con el contrato, si todo marcha bien, mañana estará listo para entregarlo, no debes preocuparte. ―acarició los hombros de la mujer con cuidado, tratando de calmar un sentimiento de nerviosismo que no entendía, como una piedra aplastando sus entrañas al no saber a quién apoyar. Sus ojos se centraron en él, en su delgado cuerpo, mirándola desde el sillón, examinando las uñas de una de sus manos mientras tamborileaba los dedos de la otra, cruzando sus piernas mientras su sonrisa se agrandaba con arrogancia.
―Treinta minutos con él y estoy a un par de centímetros de saltarle encima, no sé cómo lo haces ―las risas nerviosas de Charlie hicieron que ambos la miraran, poniéndola aún más nerviosa―. Creo... que bajaré a ayudar a Niffty con la cena ―la escuchó susurrar.
Los dos individuos permanecieron en silencio, ella conteniendo su respiración mientras cerraba la entrada antes de girarse y sostenerle la mirada. No comprendía cómo podía modificar todo con el impacto de la circunstancia o la hora en cuestión. Golpeó su cabeza contra la puerta y suspiró con fuerza.
―Si sigues golpeando tu cabeza contra la puerta creo que nos tomara más de un día terminar el contrato― su voz golpeó su nuca― Comencemos con el segundo apartado, creo que es en el que el problema es más notorio, querida― tomó los papeles entre sus manos pasando hoja a hoja hasta encontrar lo que buscaba― Muy bien, aquí está. Si tomamos en cuenta, el no querer cambiar los puntos redactados en el primer apartado...―sintió el calor de la rubia a su lado, tragando los estragos―... Tendremos que rehacer el tercer apartado y reescribir la mitad del segundo. Sí, bien empecemos.
―Esto me está matando...― jadeó exasperada
[...]
― ¿Y bien? ― Ángel, se sentaba a un lado de ella en la cena mientras los demás aún estaban en la cocina ― ¿Ya me dirás quién es ese chico misterioso que te tiene tan atareada en las noches? ―susurró con emoción.
―Ángel, ya te he dicho que es un moretón, yo...emm... dormí con mi puño así...― le sonrió nerviosa tratando de encontrar una mentira un poco menos estúpida, rápidamente salvada por otra voz
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¡¡Yo Te Amo!! (Charlastor, Reescribiendo)
FanficPorque me gustas si no tenemos nada en común? ⚠️ Advertencia ⚠️---------------------------- Contiene lenguaje vúlgar Y un poco de lemmon