—¿E-estás bien? — Preguntó ligeramente titubeante aquel lindo muchacho de cabellos platinados.
—¿Acaso crees que debería de estarlo? — Le grité instintivamente mientras intentaba contener mis lágrimas; era más que obvio que no me encontraba bien.
—P-perdón..., y-yo... yo solo...—. Dijo en un murmuro sin oportunidad de terminar la frase.
—O-olvídalo, ya no importa...—. Interrumpí sin muchos ánimos, lo último que necesitaba era su lástima.
Quería salir de ese lugar en cuanto me fuera posible, pero mi cuerpo no quería colaborar; mis piernas no respondían y me costaba respirar. Finalmente me tiré al suelo y, por más que intenté no hacerlo, terminé llorando.
Y ahí estaba yo, acurrucado en posición fetal sobre el húmedo suelo llorando cuál bebé; mi respiración se entre cortaba en breves lapsos de tiempo, jadeando suavemente entre cada sollozo; mi garganta dolía bastante, quería gritar, pero no podía; mordía fuertemente mi labio inferior, llegando al punto de poder sentir aquel reconocible sabor metálico hacerse presente en mi boca, mientras al mismo tiempo rascaba mi brazo con el propósito de lastimarlo.
Había colapsado.
En ese momento, lo único que necesitaba era un dulce abrazo y un cálido hombro sobre el cual poder llorar, pero la única oportunidad que tenía para cumplir ese anhelo era él, Alabaster. Sólo teníamos unas cuantas semanas de conocernos, por lo que no sabía si sería correcto pedirle un abrazo y exigirle -indirectamente- consuelo. Pero no tenía más alternativas, era la única persona que se encontraba cerca y disponible; nunca fui de muchos amigos, por lo que, los pocos que tenía muy posiblemente estarían ocupados; vivía solo y mi familia se encontraba bastante lejos. No contaba con nadie más.
Después de analizar muy cuidadosamente la situación por un par de segundos, me dispuse a levantarme. Luego de varios intentos claramente fallidos y mucho esfuerzo conseguí hacerlo, y tembloroso, me acerqué a él.
—N-ne-ne-cesi-sito... u-un...— Hice una pequeña pausa intentando tomar algo de valor, estaba hecho un manojo de nervios. —... U-un... a-a-abrazo...—. Logré balbucear débilmente, y seguido de eso, me aferré suavemente a su cuerpo, dándole un desesperado abrazo.
Era notoria su expresión de sorpresa, posiblemente nunca se planteó la idea de que yo lo abrazaría, pero a pesar de tener sus dudas, correspondió sin más al abrazo.
—Tranquilo, pequeño..., todo estará bien, ¿sí? — Dijo suavemente mientras con la mano izquierda despeinaba ligeramente su bello cabello platinado y con la derecha acariciaba lentamente mi espalda.
-Luke, osiosi.

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One-shots uwu
CasualePues, lo del título, son one-shots de diversa temática. -Descripción en proceso, osiosi.-