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Estaba nervioso, muy, muy pero muy nervioso... Y es que ¿Quien no lo estaría? teniendo en cuenta que Kacchan me acaba de llamar por teléfono, y no fue cualquier tipo de llamada...

—¡Oh, por All Might! ¡Kacchan me acaba de invitar a salir! —Gritaba exaltado el pecoso mientras revolvía entre sus cajones buscando algo decente que vestir y que no fuera mercancía de su ídolo «orumaito»

Pasaron cinco minutos cuando el peliverde se estaba probando unos pantalones de mezclilla azul y una sudadera amarilla, algo bastante cómodo y casual, se veía bien pero todavía dudaba si era adecuado pues no sabía si irían a algún lugar elegante o sería un paseo más relajado, o talvez debería ir así de cómodo por si al pelicenizo se le ocurría shinearlo... Aunque no le dió tiempo de buscar otro juego de ropa porque el fuerte ruido de la puerta siendo azotada por alguien lo espantó.

—¡Abre la maldita puerta! ¡Maldito nerd, abre!

Definitivamente debía salir ya, era más valiosa su vida que el como iría vestido, así que Izuku se calzó sus zapatillas rojas en menos de un minuto y salió a recibir a su peculiar amigo.

—¡Ka-kacchan!

—¡Cállate, mierda! So-solo vámonos... —De la nada el tono de voz del cenizo se calmó y metió sus manos en sus bolsillos, Izuku no supo si había visto mal o su mente le estaba haciendo alucinar pero juraría haber visto las mejillas de su amigo algo rojas, igual le restó importancia y después de cerrar la puerta de su casa le siguió.

Fueron aproximadamente diez minutos de caminata hasta que Bakugō se detuvo en un parque de atracciones dejando un poco confundido al peliverde

—Esto... Kacchan...

—¡No digas nada maldita sea! Solo ven...

Ambos comenzaron a caminar por el lugar, inesperadamente el cenizo estaba muy calmado, e Izuku casi podía decir que su amigo de la infancia estaba nervioso, pero igual el estaba nervioso por ver a su amigo tan calmado y agregando el hecho de que el peliverde gustaba del chico explosivo se sentía aún más nervioso.

Por su cabeza pasaban tantas preguntas ¿Por qué lo habrá invitado? ¿Será que se acordó de su cumpleaños y quiso hacer algo por él? ¿Será que Kacchan había sido abducido por los aliens? ¿Será que un kosei raro lo golpeó haciéndolo más calmado? ¿Tendrá LOV algo que ver con todo esto?

El peliverde ya había empezado a divagar y por consecuencia, también había empezado a hablar en murmullos rápidamente hasta que fue traído de vuelta a la realidad.

—¡Ah! ¡Cállate ya maldito Deku!

—¡¡Lo sientoooo!!

—So-solo cállate ¿Sí? Te traje porque es tu cumpleaños así que... Fe-felicidades... Deku —La voz del cenizo se fue apagando poco a poco y a la vez el color rojo subía por sus mejillas

—Kacchan... —La mente de Izuku no podía evitar pensar en lo feliz que se sentía mientras se gritaba en su interior lo emocionado que estaba porque la persona que más quería se había acordado de él

—Ni una palabra de esto... O te mataré Deku...

El peliverde solo pudo sonreír y seguir al lado del cenizo por todo el lugar, subiendo a varios juegos y pasando por varios puestos de comida, incluso habían subido a la noria y el trayecto había sido agradable aunque algo incómodo porque el cenizo parecía querer decirle algo pero solo despegaba los labios y los volvía a cerrar.

Una vez de regreso en tierra firme, Bakugo había ganado para el unas tiernas y esponjosas orejas de conejito, e incluso se las coloco con delicadeza mientras sonreía... Por All Might y todos los héroes, Izuku sentía que iba a morir cuando vio esa sonrisa. Ahora iba medio embobado viendo de reojo al cenizo, hasta que se detuvo a comprar un algodón de azúcar

—Toma nerd... —Izuku sentía que se iba a desmayar ahí mismo cuando Bakugō colocó entre sus manos un algodón de azúcar color rosa

—Kacchan... Gracias

—No es nada Deku...

—No Kacchan, gracias por todo... Ya sabes, lo de hoy... Me la he pasado bien, ha sido divertido estar contigo, me gusta pasar tiempo a tu lado... Eh, digo... Es solo que me hace recordar cuando éramos peque...

El peliverde había comenzado a hablar rápido de nuevo y estaba divagando hasta que se vio obligado a callar, Bakugō lo había agarrado de la cintura y había atrapado sus labios con los suyos en un rápido contacto que duró apenas tres segundos

Ambos se separaron temblorosos, viéndose a los ojos y entendiendo que lo que ambos sentían era mutuo, nuevamente sus labios se atrajeron como dos imanes

Izuku se dejó llevar, los labios de Katsuki eran demasiado suaves, encajaban tan bien con los suyos y su boca sabía al helado de chocolate que habían comido antes, apenas estaba probándolos por primera vez y ya podía jurar que eran adictivos, su cuerpo se estremeció entre los brazos del cenizo cuando ambas lenguas se encontraron y al separarse ambos supieron que ninguno volvería a pasar una noche solo.


















Eso es todo, bai y besos en la cola.

Cotton candy - KatsuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora