DANGEROUS BLOOD GD&TOP

Dangerous blood -capítulo1 : Bajo la luna

Somos lo que somos y no existe nada ni nadie que pueda cambiar eso. Veinticinco años ya han pasado desde que la raza humana fue sometida por los "Diamantes", vampiros de élite, raza pura y que se veían dotados de poderes inigualables.

Ahora que vivimos bajo su control aún existe un rayo de esperanza, algún día surgirá dentro de nosotros un impuro que nos liberará y derrotará al próximo heredero al trono.

Tengo 19 años, me llamo Kwon Ji Yong, mis padres murieron en manos del Rey de los Diamantes, el rey Choi probó su sangre frente a mis ojos y a los ojos del pequeño príncipe. Cuando este le ordenó a su hijo que me matara, no pudo, simplemente salió huyendo. Por esta razón yo no le tengo miedo, soy la única persona en el reino que ha visto esa parte sensible del príncipe, es el único diamante que no asesina humanos.

Dentro de dos días cambiaré la historia de su reino, he decidido sublevarme, sé que me llevaran preso al castillo real y eso es lo que busco. Me di cuenta que también poseo poderes, no sé cómo ni por qué pero tengo los mismos poderes que el joven príncipe, claro está que no puedo controlarlos del todo, pero lo importante es que puedo defenderme.

POV. CHOI SEUNGHYUN

La persecución había iniciado, unos impuros intentaron robar frutos del árbol de la muerte en el patio principal del reino. Nadie podía tomar esos frutos, excepto los de la familia real, la razón solo la sabía mi padre y yo me encargaba de res guardarlo.

Mi caballo era mi fiel compañero de caza, se me ofreció un unicornio para que lo comande pero siempre me gustaron las criaturas más normales, aunque los humanos eran los que las poseían. Los perseguí hasta el bosque limítrofe entre el reino y su pequeño trozo de ciudad, estando allí dejé que se escaparan. Odiaba tener contacto con esos seres, odiaba su sangre pero lo peor de todo es que me moría por probarla, tenía una sed incontrolable la que solo lograba saciar bebiéndola de un unicornio, era lo único que me mantenía con vida.

Era un día como cualquier otro, divisé el atardecer así que me apresuré en llegar al palacio. No podíamos salir de noche, al menos no los de la familia real. La razón era la hermosa luna, nuestros ojos color celeste se irritaban con la luz de este satélite, pese a que ya llevamos bastantes años viviendo aquí aún no nos acostumbrábamos bien a este planeta.

--Señor príncipe que bueno que ya está de regreso - el comandante Daesung, mi prometido, me esperaba en la puerta principal del castillo-

--La cacería estuvo aburrida, a la próxima encárgate tú de esos bichos - bajé de mi caballo y caminé de largo-

--Seunghyun, no me dejes solo aquí - me sostuvo del brazo e hizo que me detuviera-

--Daesung, estoy demasiado cansado y con mucha sed, no me la hagas difícil.

--Lo siento, perdóname, ahora mismo ordenaré que te lleven alimento a tu alcoba. Pero mañana me gustaría pasar el día contigo.