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Pasé la mirada por el armario de madera, mordiéndome el dedo pulgar con nerviosismo

Solo quedaban tres horas para la cita y yo aún no estaba preparado, ni siquiera sabía que ponerme.

Extendí un brazo hacia el interior del armario y algo dudoso, de mi elección, escogí una simple camisa verde, junto a unos pantalones vaqueros.

No quería ir demasiado formal, así que me dije a mi mismo que era la elección correcta y agarré mi mochila rojiza, llenándola de cosas "necesarias" para la cita.

...

Apenas quedaban unos minutos y estaba extremadamente nervioso, acordamos que vendrías a recogerme pero...

¿Y si se te había olvidado? ¿Y si te había pasado algo y no podías venir? ¿Y si simplemente no querías venir?

Tal vez tu padre te había prohibido salir y estabas encerrado en la habitación, gritando por piedad... No, esto no era ningún cuento de hadas. Te limitarías a comer Soba, mirando la TV con una mirada de indiferencia y tu hermoso cabello bicolor desordenado, provocando un ligero tono rosa en el cruce de ambos colores... O tal vez...

El timbre sonó, sacándome de mis ensoñaciones hechas murmullo.

Suspiré, revolviéndome los rizos, habías llegado, no tenía de que preocuparme, no me dejarías plantado.

Caminé hacia la puerta, dándome un vistazo en el espejo antes de abrirla.

No pude evitar una pequeña sonrisa en cuanto vi tus singulares ojos observándome, que, desgraciadamente, seguían inexpresivos.

-Hola, Shoto.

Saludé en un murmullo.

- ¿Nos vamos?

Me estremecí al escuchar tu voz.

Asentí, mientras mis pómulos y orejas se calentaban.

Extendiste la mano, y yo imité tu acto con duda.

Entrelazaste nuestros dedos, mientras depositabas un beso en el dorso de mi mano, cosa que no ayudó con mi sonrojo.

Traté de pronunciar algo con sentido, pero solo salieron tartamudeos, por lo que bajé la cabeza avergonzado.

Subimos al coche negro con el que habías venido.

No tardamos en llegar a tu casa, donde habíamos acordado, sería nuestra cita; cosa que me había extrañado, pero no comenté nada al respecto.

Ver aquella mansión me sorprendió, mientras la puerta se abría para dejar pasar al coche.

Mientras íbamos hacia el comedor, nos encontramos a tu padre, quien solo me fulminó con la mirada mientras me agarrabas la mano firmemente.

Sería una larga cita y, espero, buena.

La primera... (TodoDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora