Nothing fucks with my baby » Harry Styles

Chapter V

"Patrick, no puedes hablar en serio." El dueño del gimnasio la mira con atención mientras echa ceniza de su cigarrillo.

"¿Parece que soy de los que bromean, Doc?"La boca de Sarah se abre por un momento, y su agarre se aprieta en el respaldo de la silla de la oficina.

"¡Harry no puede pelear esta noche! ¡Se ha hecho daño en la mano! ¿No has escuchado nada de lo que te he dicho?"

"Honestamente, Doc, lo único que escuché fue al propio Styles diciéndome que estaba bien." Patrick le da a Sarah una mirada aguda. "Quiere pelear, así que va a pelear".

"¡Es tu gimnasio!" No grita, la ira dentro de ella pesa más que el sentimiento de temor en la boca del estómago. "¡Dile que no!" Al inhalar su cigarrillo, Patrick sacude la cabeza una vez.

"No voy a hacer eso. Esa gente pagó para ver pelear a Styles, y eso es lo que van a conseguir."

"No van a ver a Harry pelear". Sarah escupe a través de los dientes apretados. "¡Van a ver a Harry perder!"

"Eso es asunto suyo". Patrick se encoge de hombros tranquilamente, como si no estuvieran discutiendo cómo la sangre de Harry está a punto de ser salpicada contra el vinilo blanco del anillo. "Gano mi dinero de cualquier manera, Doc."

"Y eso es asunto tuyo, ¿no?" Sarah dice mordazmente, alejándose de la silla. Ella deja que sus uñas se claven en las palmas de sus manos. "¡No te importa quién se lastime, siempre y cuando recibas tu dinero!" Patrick se pone de pie ahora, su agitación comienza a mostrarse.

"No soy el malo aquí, Sarah. Harry dice que es bueno para luchar, así que está luchando. No soy su niñera, y no soy su madre. Es lo suficientemente mayor para tomar sus propias decisiones".

Sarah abre la boca de nuevo, pero no sale ningún sonido. En su lugar, le da a Patrick una última mirada de furia antes de salir furiosamente de su oficina, cerrando la puerta detrás de ella.

Debería haberlo sabido. Debería haber sabido que Harry seguiría intentando luchar esta noche, a pesar de su esguince en la mano que ha tenido menos de dos días para curarse. Con toda honestidad, la idea de que él trataría de luchar nunca se le ocurrió hasta que entró en el gimnasio esta noche y escuchó a varios hombres hablando con emoción sobre el combate. Cuando escuchó por primera vez el nombre de Styles, estaba segura de que estaba escuchando mal las conversaciones. Pero entonces sucedió de nuevo. Y otra vez. Y cuando se dio cuenta de que Harry planeaba pelear, estaba segura, tan tontamente segura, de que Patrick cancelaría el combate cuando ella le explicara la situación. Es su propia culpa, piensa, al abrirse paso entre la multitud para ver el partido. Es su propia culpa por ponerse demasiado cómoda, por creer que alguien escucharía lo que ella dice. La forma en que Harry la miró le hizo creer que sus palabras importaban, pero esta noche... es un duro recordatorio de cómo es el mundo realmente.

Si ella pensaba que había alguna posibilidad de convencer a Harry de que cancelara el partido, Sarah irrumpiría en los vestuarios en un instante, gritando y suplicando hasta que Harry entrara en razón. Era un arma de doble filo, en realidad. Ella lo conoce ahora, lo que hace que se preocupe por él más que nunca antes. Y conocerlo significa saber que no se echará atrás en este combate.
Sarah sabe que va a ser malo cuando Harry salga con su mano torcida sostenida torpemente a su lado, su cara vacía de su habitual calma y expresión recogida. Pero sabe que va a ser un baño de sangre cuando Adam Bowers lo siga inmediatamente. Mientras Harry hace todo lo posible por no mostrar el dolor y la debilidad en su rostro, Bowers le gruñe desde el otro lado del ring, con la rabia y la furia escritas en cada uno de sus movimientos. Está claro que Bowers quiere vengarse de la humillación que Harry le causó en su primer partido, y Sarah sabe que no se detendrá ante nada para conseguirlo. Mientras que la mayor parte del corto partido se observa desde detrás de sus manos, Sarah no se pierde los momentos importantes.