Nothing fucks with my baby » Harry Styles

Chapter VII

Anteúltimo capitulo.

Son las cuatro de la mañana cuando Harry llama a la puerta de Sarah dos semanas después. Sarah como la mayoría de la gente a esta hora de la mañana muy temprano, está en la cama cuando oye el frenético golpeteo de su puerta. Lleva dormida menos de dos horas, y sólo ha vuelto a casa después del partido de esa noche a las dos de la madrugada (Harry se había dislocado el hombro de su oponente, así como partido la piel de su frente, y le llevó algún tiempo limpiarlos), y casi no se levanta. 

Sus vecinos no tienen problemas en hacer tanto ruido como les parezca oportuno a cualquier hora del día, y ella asume que es uno de sus amigos borrachos tratando de encontrar un lugar para pasar la noche. Pensando que sólo esperará a que se vayan, Sarah tira de su edredón hasta su barbilla con fuerza. Y entonces la persona llama de nuevo. Y otra vez. Y otra vez. Una vez que está claro que no dormirá hasta que trate con quien sea que esté golpeando su puerta, Sarah se saca enojada de debajo de sus cobijas, tirando una sudadera con capucha sobre su camiseta sin mangas para cubrirse. Se queja a sí misma cuando camina de su cama a la puerta de entrada, lista para maldecir a quienquiera que se emborrache tanto que no pueda recordar en qué apartamento viven sus amigos.Y entonces ve a Harry. Se ve más o menos igual que cuando Sarah lo dejó en el gimnasio hace dos horas, excepto por el ojo morado que se oscureció en su ausencia.  Sus rizos son salvajes, cayendo descuidadamente sobre sus hombros para empolvar la parte superior de su larga chaqueta. 

Está vestido con ropa informal de calle, cubriendo los tatuajes que Sarah se ha acostumbrado a ver cada semana.  Su expresión, como siempre, es ilegible, pero cuando Sarah se encuentra con los ojos de Harry después de que la mira de arriba a abajo, puede definir una cosa: anhelo. Por otra parte, ella puede estar imaginando eso como un síntoma de privación de sueño.

"Harry, ¿qué estás haciendo aquí?" exige, abriendo su puerta un poco más amplia una vez que se da cuenta de que no es un extraño. "¡Son las cuatro de la mañana"

"Lo sé. Lo siento." Harry la mira por encima del hombro, como si se asegurara de que está sola. "¿Puedo entrar?" La boca de Sarah se abre confusamente, pero aún así da un paso atrás de la puerta. ¿Dónde más se supone que va a ir a esta hora de la noche?

"S-sí.Está bien." Harry entra en su apartamento lentamente, sus ojos escudriñando su espacio vital como si lo viera por primera vez. Sarah piensa que tal vez no recuerda mucho de cuando estuvo aquí por última vez, viendo que había estado borracho y con dolor en ese momento. Aún así, no aprecia cómo parece estar evaluando cómo vive ella, especialmente cuando sonríe al ver el osito de peluche en su cama que había escondido la última vez que estuvo allí.

"¿Te he despertado?" Harry pregunta despacio, como si se le acabara de ocurrir la idea de que Sarah ha estado durmiendo.

"Son las cuatro de la mañana" se repite en una voz muerta. "Sí. Me despertaste, y más vale que tengas una buena razón para ello" Sus ojos vuelven a escanear su cuerpo, por si hay una herida de la pelea que no haya notado antes. O una puñalada. Honestamente, con Harry, ella siente que hay muchas cosas con las que él podría aparecer en su puerta para pedir ayuda. Y ella sabe que lo ayudaría. No importa lo que pase. Harry se rastrilla una mano a través de su pelo suelto, y Sarah se pregunta cómo sus anillos no se enganchan mientras lo hace.  Entonces ella se dice a sí misma que deje de mirar sus anillos, porque si mira sus anillos, mirará sus manos, y si mira sus manos.

"Mi padre se fue cuando yo era un niño." La voz de Harry se desprende de sus pensamientos. Ella se vuelve a centrar en él, viendo como las grietas de su fachada se abren lentamente de nuevo para revelar el nerviosismo detrás de sus palabras.

"¿Qué?" Ella pregunta, la frente arrugada en la confusión. Sarah piensa que debería decirle que lo siente, pero por la energía que irradia Harry, no cree que le escuche.