- Puede que pase un año más de una vez, sin que te pueda ver pero el amor más fuerte. Puede que el tiempo nos alej... ¿Que fue eso? - Quite la música, porque escuche un golpe seco arriba.
Subí las escaleras y revise cada uno de los cuartos. Me asomaba por la rejilla de la puerta porque en realidad no me preocupaba la situación, sabia que había alguien en mi casa, porque una ventana rota no se ve todos los días, amigos.
Ay, chiquito. Eres hombre muerto.
Lo vi, ahí estaba revisando mi cajón de... ¿Panties?
Sueno la garganta lo más que puedo para que sepa de mi presencia.
- ¿Mmm? - Me mira desconcertado. ¿En serio? Quien se mete a la casa de alguien, rompe una ventana, se mete a mi cuarto y revisa un cajón de panties.
Las cosas que ganas por querer limpiar el mundo.
Fruncí el ceño - ¿Me piensas decir o tengo que torturarte? - me cruzo de brazos.
- ¿Tú? ¿Torturarme? Niñita violadora - suelta una carcajada, se aparta de mis panties y pone toda su atención hacia a mí.
Sigue, gana confianza.
- ¿Si? ¿Y tú vas hacer una tira china con mis panties? - digo levantando una ceja.
- Mira, puta de mierda - se dirije hacia mi, en un movimiento rápido y me agarra del cabello - Yo vine a matarte por lo que le hiciste a mi patrón.
Ah, ya te recuerdo.
- Ay, ¿te pones celoso? - puse mi mejor cara de ofendida - Perdón, de verdad que no sabia que eras gay, te ves muy macho - suelto una carcajada.
- Ya vas a ver quien es gay - Me dice y me besa.
Te tengo.
Le sigo el beso, me lanza al suelo, se pone sobre mí, rompe la camisa, me quita el brasier - Ahora no eres tan fuerte sin tu cuchillo, ¿no damita? - decía, mientras jugaba con mis pechos y lo metía a la boca.
Listo, llegaste al límite.
Esta vez, él estaba abajo, lo golpeo y queda bobo; al instante agarro la cuerda y lo amarro de manos y pies - Me dijiste, ¿Qué iba hacer sin cuchillo? - le susurro y me suelto una leve risa en su oreja. - Creo que mereces más, idiota. - Agarra un cuchillo de la bota de su pantalón y le rompe toda la ropa - buena suerte, chiquito. - Salgo de la habitación, la cierro y vuelvo a la cocina.
Me da mucha risa cuando mandan a hombres grandes, altos, armados, con preparación, musculosos y yo, midiendo 1.60 de altura, sin armas, con tan solo una cuerda y un cuchillo todos quedan encerrados y amarrados en cuartos desnudos y pidiendo piedad, si esto no es vida entonces no se que puede ser.
Soy la mejor.
Seguí preparando el almuerzo, comí, baile, limpie la casa, puse la música a todo volumen en fin, estaba relajada podía con esta situación. Tenia un plan perfecto, él era más especial de lo que creía, no podía desaprovechar esta ocasión. Subí a la habitacion donde estaba el egocéntrico y musculoso que no pudo conmigo.
Abre la puerta y literalmente estaba temblando, estaba perfectamente amarrado y estaba todo en orden.
- Así que el mismísimo Danny Montana, hijo rebelde del presidente de la republica Wilson Montana, contigo esto se pone mucho más interesante. Pensé que eras uno más de montón, chiquito - le digo mientras camino por toda la habitación.
- ¿Me vas a decir quien te mandó? Porque siendo sincera, no creo que tu padre te haya mandado y conociendo tu reputación más aún a mi favor. Piensa, te puedo dar ropa y comida a cambio del nombre de tu “patrón" - hice un gesto con las manos al los lados de mi cabeza - Que para ser honestos no es muy inteligente. - Él seguía sin decir nada - Hagamos esto más interesante, me enteré que tu padre te mandó a matar y que iba hacer pasar tu muerte por un “accidente" porque el niñito es un problema para salud publica y principalmente por su reputación, ¡vaya desgraciado! - Dije. Lucas me había dicho todo, tenía todas las cartas a mi favor - Que opinas si, - hice una pausa - yo te ayudo a escapar de él, te ofrezco protección y sacamos a tu padre del poder. - él levantó la mirada y yo reí.
- Víctor Brown, él me mando a matarte. - dijo.
- Nos empezamos a entender - dije y sonrió victoriosa.
Me fui de la habitación no sin antes cerrar la puerta con seguro.
- ¡Te odio! - Escuché por parte del hombre amarrado. Reí a carcajadas
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