¿Que Pensarías Si Lo Supieras?

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-Ahora nos ubicamos en la casa del peliverde, eran las 6:00 AM y para nuestra sorpresa, en la habitación de Izuku se encontraban el y Ochako. La castaña dormida sobre el pecho de Izuku vestida con una playera del muchacho que le quedaba un poco grande y este la abrazaba con suavidad de la cintura.

¿Como Llegamos a esto?, pues-

-Flash Back-

-Luego de que el pecoso y la castaña terminara su "trabajo", ambos empezaron a caminar en dirección a sus hogares, ya era bastante tarde, eran casi las 3:00 AM. El peliverde caminaba con una mirada muerta, no se arrepentía de nada, un imbécil menos en este mundo que mire a su Ochako, pero su brillo no regresaría hasta verla sonreír frente a el nuevamente y por parte de la castaña era el mismo resultado. Ambos solo eran seres las cuales sus almas que al no estar juntas, se sentían incompletas, si alguien estuviera junto a ellos lo notaria, porque ahora no eran el tímido Izuku y la alegre Ochako. Solo habían 2 cascarones vacíos de esas personas, pero como si de un rayo de luz se tratara en medio camino ambos se toparon. Estaban a unos 4 metros de distancia el uno del otro. Ambos seguían con la mirada baja, lentamente ambos fueron levantando la cabeza, sincronizados perfectamente y finalmente se vieron a los ojos. Ambas miradas muertas en menos de un segundo volvieron a brillar, la persona que tanto amaban y por la que acaban de asesinar estaba frente a ellas, separados por unos cuantos metros. No hubo palabras, solo empezaron a caminar, cada vez mas rápido hasta llegar y abrazarse con cariño, estaban juntos otra vez, eso era lo único importante para ellos, no importaba que estaba haciendo el otro en ese lugar. El hecho de ahora sentir la calidez y cariño del otro era lo único que los mantenía tranquilos en este momento-

-Fin Flash Back-

-Después de eso el peliverde solo tomo de la mano a la chica y se dirigió a su casa, ambos durmieron juntos y mas felices que nunca, el estar el uno con el otro era su vida, lo que los completaba y no necesitaban mas para ser felices o bueno, tal vez una pequeña o un pequeño para tener una familia completa, pero eso era para el futuro. En estos momentos nuestro peliverde asesino de Hijos de Puta que quieren lastimar a su dulce mochi estaba despertando con una sonrisa-

Izuku:*mi mochi*-dijo en susurro con una voz cálida y tierna mientras subía sus manos suavemente hasta el cabello de su amada-

-La castaña en respuesta a la suave caricia se acomodo mejor en el pecho del peliverde, el pecoso no era alguien con una musculatura exagerada, pero si era envidia de muchos alumnos de su clase debido a su complexión física que gano gracias a su trabajo y a que se ejercita muy seguido, la castaña al estar mas cómoda empezó a susurrar cosas dormida-

Ochako:*Izuku, te amo, nunca me dejes*-susurraba con una voz tierna y calmada-

Izuku:*jamas me alejaría de mi ángel, de mi diosa, de la mujer de mi vida*-respondió en un susurro depositando un delicado beso en la frente de la castaña-

-La castaña luego de eso solo se aferro mas al chico y siguió durmiendo, todo mientras el pecoso con mucha delicadeza acariciaba su cabello y depositaba uno que otro beso. La castaña empezó a despertar, se movió suavemente para alzar su mirada y ver al peliverde que estaba con una leve sonrisa-

Izuku: buenos días Ochako-dijo con una sonrisa y un leve sonrojo que se formo por lo tierna que se veía su mochi mientras se tallaba los ojos-

Ochako: buenos días mi Izuku-dijo con una sonrisa mientras se acercaba al rostro de Izuku y depositaba un suave beso que el pecoso correspondió-

-El beso continuo y cada segundo se volvía mas apasionado, no podían evitarlo, ademas del cariño y amor que tenían el uno al otro no podían aguantar el dulce y embriagador sabor de los labios, el sentir la suavidad del cuerpo del otro entre sus dedos o el simple hecho de no llegar a oír la voz del otro para ambos era imaginar un infierno, eran 2 adolescentes mas que enamorados, estaban obsesionados el uno con el otro, un sentimiento el cual era correspondido por ambas partes.

Nuestro Descenso a La LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora