La querida Tonks

299 19 0
                                    

Era increíble cómo se pasaba el tiempo. Ya estaban en navidad, y la extrañaba con todas sus fuerzas, seguía sin verla muy a su pesar. Lupin había ido a casa de los Weasley para cenar con la familia de pelirrojos.

Adentro podía sentirse la alegría flotando. Ojala se le pudiera impregnar algo de ello, esa noche había decidido no pensar más y disfrutar de la cena, lo necesitaba. Para él la fecha no significaba mucho, debido a la muerte de sus padres siempre se la había pasado con James o Sirius, pero ahora ellos no estaban. Alguna vez entre sus locas ocurrencias le pasó por la cabeza estar ese día con Tonks, a solas o no, quizás con los Weasley pero disfrutando de la alegre compañía de la metamorfomaga, pero una vez más el raciocinio le decía que no debía involucrarse demasiado con ella y las cosas además no habían quedado en buenos términos.

A lo lejos podía oír a Harry y a Arthur hablar, de un tal Stan Shunpike, pero a pesar de que estaban en la misma mesa, no les prestaba atención.

Oh, mi pobre corazón, ¿Dónde se ha ido?

Me ha dejado por una temporada.

Molly Weasley había puesto la radio desde que él se sentó en la mesa. Aquella canción de Celestina Werbeck lo estaba comenzando a molestar, la letra se mezclaba con sus recuerdos, y le susurraba una y otra vez el nombre de Tonks, su grandiosa idea de olvidarse de sus problemas estaba flaqueando.

—Harry, se te ha ocurrido —dijo el señor Weasley —que Snape estuviera simplemente fingiendo...

—¿Fingiendo que ofrecía su ayuda, para averiguar que se trae Malfoy entre manos? —Dijo rápidamente Harry —Si, pensé que diría eso. Pero, ¿cómo lo sabremos?

—Saberlo no es asunto nuestro —dijo Lupin inesperadamente. Había girado su espalda hacia el fuego, y ahora miraba a Harry de frente, al otro lado del señor Weasley, —Es asunto de Dumbledore. Dumbledore confía en Severus, y eso debería ser suficiente para todos nosotros.

—Pero —dijo Harry, —tú piensas que Dumbledore se equivoca con Snape.

—La gente lo ha dicho, muchas veces. No importa si confías o no en el juicio de Dumbledore. Yo lo hago, por lo tanto, confío en Severus.

—Pero Dumbledore puede equivocarse —discutió Harry. —Él mismo lo dijo, Y tú...

Miró a Lupin directamente a los ojos.

—¿De verdad te agrada Snape?

—Ni me agrada ni me desagrada Severus —dijo Lupin. —No, Harry, estoy diciendo la verdad —añadió mientras Harry ponía una expresión escéptica. —Nunca seremos amigos íntimos, quizás, después de todo lo que pasó entre James y Sirius y Severus, hay también mucho más rencor. Pero yo no puedo olvidar que durante los años que enseñé en Hogwarts, Severus hizo la Poción Matalobos para mí todos los meses, la hizo perfectamente, y así no tuve que sufrir como hago normalmente cuando hay luna llena.

—Pero, "accidentalmente" dijo que eres un hombre lobo y ¡tuviste que irte! —dijo Harry furiosamente.

Lupin se encogió de hombros.

—Se habría sabido de todas maneras. Los dos sabíamos que él quería mi empleo, pero él podía haberme causado un daño mucho mayor, estropeando la poción. Pero me mantuvo sano. Debo estarle agradecido.

—¡Quizá no se atrevió a estropear la poción, con Dumbledore vigilándolo! —dijo Harry.

—Harry, tú estás resuelto a odiarlo —dijo Lupin con una sonrisa vaga. —Y lo entiendo, con James como padre y con Sirius como padrino, has heredado un viejo prejuicio. Por supuesto, cuéntale a Dumbledore lo que nos has contado a Arthur y a mí, pero no esperes que comparta tu punto de vista del asunto; ni siquiera esperes que se sorprenda de lo que le dices. Puede haber sido parte de las órdenes de Dumbledore que Severus interrogara a Draco.

Nuestra HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora