Capitulo 34

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Narra Vegetta

Al terminar los planos, reuní los materiales, por suerte yo tenia todo estos en mi casa, así que espere a que cayera la noche para poder ponerme mi traje e ir. Así la pase una semana, yendo de noche y construyendo durante toda esta, hay veces que veía como se quedaba hasta tarde escribiendo algo, pero generalmente se iba a dormir junto a Coringa.

Solo faltaba poner los cuadros, así que fui rápido y puse lo que faltaba, Luzu me dio dos botellas, una morada y una verde, me dijo que la tomara junto con Rubius, así que deje las botellas en la mesa, al acabar puse una caja de regalo sobre la cama y me asome por el balcón de esta, viendo a Rubius, se me hizo raro que la luz de su habitación aun estuviera prendida tan tarde en la noche, así que me quede viendo.

Después de unos minutos vi como él ingresaba a su habitación con solo su ropa interior puesta, como Nieves había salido con Akira se podía tomar ciertas libertades, me lo quede observando unos segundos más, así hasta que él comenzó a ponerse una ropa negra, al instante fruncí mi ceño confundido, él estiro su brazo y agarro una mascara, colocándosela.

~que?!, y todo lo que le advertí de la hermandad que?!...

~déjalo ser, síguelo y cuídalo...

Narra Rubius

Hoy por fin era el día que haría mi misión, me la pase toda la semana planeando todo, hora de los recorridos por la zona, lugares de las cámaras, puntos ciegos, ángulos para explotar a distancia, todo lo tenia perfectamente calculado, así que sin perder valioso tiempo corrí al molino.

Al llegar al lugar, sigilosamente me fui a un punto ciego, desde ahí comencé a avanzar tapando con pintura negra las cámaras, al acabar, un guardia que estaba por el molino se comenzó a alejar para seguir su camino, ahí aproveche y me acerque colocando rápidamente las TNT'S, me subí a un techo ya elegido para que cuando disparara la flecha, esta quedara escondida en un bloque de heno, solo tenia 6 minutos antes de que los guardias se dieran cuenta de las cámaras, así que me posicione y saque mi arco con un encantamiento de fuego.

-...listo...-puse mi flecha y calcule la distancia, iba a disparar pero al instante algo me cayo encima.

-que haces!. -hablo, en un tono francés, ese cuerpo pesado mientras me sujetaba de las muñecas.

-que te importa!, suéltame!. -hable forcejeando, mi mascara alteraba mi voz así que no me preocupada, pero por más que forcejeaba él no me soltaba. -quien eres y porque no me sueltas!.

-soy Lobo Noctugno, un ghan ladhon...-se acerco más a mi, fue ahí cuando vi que traía puesta una pañoleta morada y una capucha que tapaba su cabello, lo único visible de él, eran unos ojos violetas. -...al pageceh la Hegmandad ha estado muy activa...así que dime, quien eges?...-su voz se puso más gruesa que antes, yo me erice por un momento...

-...soy El Bromas...-hable recordando mi anterior apodo. -...mira si no me sueltas ahora los dos estaremos muy jodidos, solo quedan dos minutos para escapar, así que suéltame!.

-eges muy asustadizo Bhomas...-me soltó y se paro. -...nos vegemos después...-hablo para desaparecer igual de repentino como apareció.

Deje de pensar en él, rápidamente dispare mi flecha, tome todo tipo de evidencia y corrí después de unos segundos se escucho una gran explosión, yo mire atrás y vi esa parte iluminándose y varios trozos de madera por los cielos, suspire viendo esa gran escena, sin duda esa simple explosión me relajo demasiado, trabajar duro para ver algo tan hermoso valió la pena. Al llegar a mi casa mi quite la mascara y me tumbe en mi cama, al instante escuche mi celular sonar.

Guillermo
Muy buen trabajo, no pensaba que fueras tan talentoso en esto, estoy revisando radios de los oficiales, todos piensan que fue un accidente excepto por lo de las cámaras. Mañana Fargan y Alex revisaran las casas de los héroes, así que esconde todo bien.

Como sea, espero que sean puntuales con mi pago...

Guillermo
Lo somos, cuando quieras puedes ir a recogerlo.

Ignore el mensaje, me pare de mi cama y me quite mi traje, este lo escondí junto a mi mascara y la lata negra, estos estaban en el baño, en una pared había creado un pequeño agujero donde podía guardar cosas así que los oculte ahí, un poco cansado fui a mi cama y me acosté, al instante me comencé a relajar y cerré mis ojos...

Me desperté por unos toque en mi puerta, así que me levante junto a Coringa y los dos bajamos, al abrir la puerta me di cuenta que eran Alex y Fargan que venían a investigar lo de anoche, yo los deje entrar confiado, ellos entraron y revisaron todo, después de unos minutos acabaron sin encontrar nada, así que los acompañe a la entrada, cuando ellos se fueron note como en el suelo habían pétalos de rosas azules.

-las rosas azules demuestran milagros y nueva oportunidades...-hable tomando un pétalo, alce mi mirada y justo al frente había una gran casa del árbol. -pero que?

Me acerque al árbol y comencé a escalar este, en el primer nivel solo había unas mesas para sentarse y un gran jacuzzi, algo sorprendido seguí subiendo hasta que llegue a una especie e habitación, la iluminación era de una amarillo hermoso y las paredes estaban decoradas con cuadros, estos cuadros eran imágenes de Vegetta y mías, yo sonreí, vi que había una cama y en esta había una caja de regalo, yo me acerque y abrí el regalo, al instante caí al suelo ya que un lindo cerdito se me había tirado encima, este era muy parecido a Juan Carlos.

-que te parece tu regalo?...-pregunto apareciendo de la nada, me ofreció la mano, yo la tome y me ayudo a parar, yo me senté en la cama y él me paso una bebida de un color verde. -es un regalo de Luzu. -dijo tomándose una bebida Violeta, yo sonreí y también tome la mía.

-gracias y me encanto!, desde cuando?!. -él rió y vi como el cerdito se monto en mis piernas.

-no importa eso, mejor dime como lo vas a llamar. -hablo refiriéndose al cerdo, yo lo vi y al instante supe como ponerle.

-Juan Carlos II!. -vi como el cerdito chillo de alegría, se bajo de mi regazo y fue a donde Vegetta. -creo que quiere conocer a Coringa. -ambos reímos y él bajo a Juan Carlos.

-dejemos que se conozcan...-se acerco a mi y se sentó en la cama. -...no me vas a agradecer por el detalle?...-hablo haciendo un puchero falso.

-claro que si, ven y te doy un beso. -él sonrió y me mostró su mejilla.

~aquí es donde entro yo...

En un impulso de mi animal interior, lo tome del mentón y gire su cabeza haciendo que nuestros labios se juntaran, sentí como mis mejillas se sonrojaron, estaba preparado para que él se separar y me rechazara, pero no lo hizo, sentí como puso una mano detrás de mi cuello y me acerco. Ambos nos dejamos llevar, sentía como mi corazón latía con fuerza y un cosquilleo en mi abdomen...

-...Veg...-hable en un susurro al separarnos, él me tomo de la cintura haciendo que quedara sentado en su regazo, al instante los dos volvimos a juntar nuestro labios.

~Déjate, Déjate!...

El Color De Mi Vida [Rubegetta] Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora