Perdido en mi mente

PROLOGO

Narrador omnisciente

Finn se despertó aquella calurosa noche de verano, eran las 12:42 a.m. Se había levantado por aquella horrible pesadilla que había tenido, en la cual sus padres, mientras le pegaban y gritaban, se iban desvaneciendo lentamente hasta no ser mas que una sombra.

Decidió levantarse y escribir el sueño en su diario, el cual guardaba en una de las gavetas del baño para que sus padres no la encontraran. Se vio en el espejo mientras pasaba y recordó que se había quedado dormido sin camisa. Pasó la vista por su pecho lleno de cicatrices de antiguos cortes y siguió caminando hacia la gaveta. Sacó el diario del fondo del cajón y lo abrió lentamente, pasando por cada una de las paginas, recordando cada momento de desesperación, miedo y tristeza que lo habían llevado hasta este punto. Al llegar a una pagina vacía, comenzó a escribir detalladamente todo lo que recordaba de aquel sueño. Una vez hubo terminado, lo volvió a esconder en el fondo del cajón y se dirigió hacia su cama.

A Finn le habían diagnosticado ansiedad hace 3 años, después de que le diera un ataque de pánico en pleno vuelo hacia Madrid. Sus padres lo llevaron de mala gana al mejor psicólogo que se puede encontrar cerca de su lugar de residencia. La verdad, no fue nada fácil y no había mucho de donde elegir, los Anderson vivían en la mitad de la nada, en un bosque que quedaba a 40 kilómetros de un pueblo con no mas de 900 habitantes.

Una vez encontraron al psicólogo, llevaron a Finn dos veces por semana desde ese momento hasta la fecha, ya que el año pasado Finn también había sido diagnosticado con depresión, ¿la razón? Finn era abusado física y emocionalmente en su hogar desde que tiene uso de la memoria.

Finn se acostó en su cama tamaño individual con sabanas grises y, mirando al techo, tomó la que probablemente seria la decisión mas importante en su vida: iba a irse de aquel hogar en el que solo lo maltrataban, iba a ser libre. Se iba a independizar.