☽ ━dieciséis.

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Gracias al sonido del coche de mi madre pude despertar

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Gracias al sonido del coche de mi madre pude despertar. Mi maldita alarma no había sonado.

Me puse el uniforme del instituto y baje a la cocina por una manzana. Mire el refrigerador pero ni quiera tierra había. Estaba vacío.

Hoy tenía que hacer las compras. Se me hacía muy raro que hoy, —jueves— se acabará la comida. Ya que siempre se acaba los martes. Si, yo comía demasiado y se acababa muy rápido.

Tomé mi mochila y salí de casa.
Justó cuando salí de casa el autobús venía así que solo le hice la parada para que me recogiera.

Subí al autobús y pagué mi pasaje.
Iba a buscar un asiento pero de pronto sentí como el autobús arrancaba logrando que yo perdiera mi equilibró y cayera sobre un chico.

Vergüenza, si, vergüenza sentía en este momento. Maldito chófer.

Me paré de encima de el y lo miré.

Era un chico pelirrojo, el tenía una gran sonrisa en su rostro. Joder, el era muy guapo.

—Lo siento...—me disculpé.

—No te preocupes, tu no tienes la culpa de que el chófer no haya follado a noche y por eso manejé tan horrible. —dijo.

Maldita sea, éste chico es perfecto. Si que lo era.
Y por su uniforme pude darme cuenta que iba en el mismo instituto que yo.

—¿Quieres sentarte?—me preguntó indicando con su mirada el asiento a su lado.

—Eh, claro.

Pronto me encontraba sentada a lado del chico más lindo que jamas había visto. Era increíble como cuidaba su cabello, éste brillaba más que el futuro de Darianka Sanchez.

—Charli, ¿Cierto?—me preguntó.

¿Cómo es que él sabía mi nombre?
Esto comenzaba a tornarse raro y misterioso a la vez.

—¿Cómo sabes mi nombre?

—En estos momentos no existe alguien que no sepa tu nombre. —comentó. —En el instituto todos hablan sobre ti...y Josh Richards.

—¿¡Qué!?—grite para el. No quería llamar la atención. —Y... ¿Qué dicen?

—Qué el y tú no asistieron a clases porque se fueron de calientes a follar.
Al parecer alguien los estaba espiando cuando decidieron fugarse juntos. —una sonrisa divertida se dibujo en sus labios.

No podía ser posible esto. Ahora todos creían que el peje lagarto y yo teníamos algo. Y en definitiva no teníamos nada.

—Pero agárrate, no te eh contado lo peor. —dijo el consiguiendo llamar mi atención en el. —¿Sí ubicas a Darianka Sanchez?

—¿La castaña plástica?

—Si, —dijo con una cara de horror y un tono bastante femenino—. Esa perra rabiosa está que avienta espuma por la boca. Cuando se entero de los chismes se puso como loca. Ten mucho cuidado porque la cara de chango te hará la vida imposible.

(✓) ⿻ andrés' witness, jarli.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora