¡Oh por Dios! Nadie se dará cuenta Ámbar se regaño, sin pensarlo más tomo la media color rosa junto a la negra dos combinaciones nada favorable, si alguien llegaba a notarlo en su defensa no encontraba las compañeras de ese par y estaba cansada de dar vueltas en círculos en su pequeño piso diminuto y con el montón de cosas que llevaba acumulando con los años y se negaba a soltar tenia todo un desastre en el, tomo una larga aspiración prometiéndose que lo arreglaría el fin de semana si tenía tiempo, cosa que era casi imposible, miro la hora y si corría con suerte alcanzaría el bus de las siete y media.
Caminaba intentando acomodar las arrugas de su camisa sin planchar, al abrir la puerta del aula de clases las miradas insoportables de los insufribles de sus compañeros como ella les decía no se hicieron esperar, al mirar a la profesora esta ya la miraba con una ceja elevada, sonrió con inocencia mostrando así sus dientes, fingiendo ternura.
— Esa sonrisita no te salvara Carson, por llegar tarde y aún no entregar el informe que se supone debiste entregar el mes pasado empezaremos contigo — las risas de burla no tardaron en escucharse y en un descuido de la profesora se encargó de restregarle su dedo del medio a todos, sus risas le valían madre — aquí estas — dice finalmente mirando una carpeta — ¿ya tienes la fuente de el artículo? — la chica muerde su labio inferior en un gesto nervioso — esta es la última oportunidad que te doy Ámbar si no tienes a nadie no me hagas perder el tiempo y nos vemos en el próximo semestre — negó aún más nerviosa, mientras la mujer echaba chispas.
— Profesora no — soltó una risita presa del miedo, no tenía dinero para otro semestre, le había costado tanto reunir para ese, cada matricula estaban por las nubes y era su penúltimo semestre para graduarme en periodismo.
— ¿Ya sabes de quién será tu articulo al menos? — asiento fingiendo la mejor de las sonrisas, no tenía ni la más mínima idea.
— Si profesora, él es un empresario muy importante, uno de los gordos del país — río mientras alardeaba intentando ganar tiempo, la verdad no recordaba ningún empresario en esos momentos.
— ¿Sabes que debes escribir todo un artículo de él? Incluye vida personal, debes investigar, ir a la fuente, conseguir citas y los empresarios dudo que tenga tiempo para eso Ámbar, debe ser un articulo que impresione ya que el mejor artículo será publica por la revista People — toda la clase la miran expectantes, la chica aunque muy descuidada tenía potencial y en un abrir y cerrar de ojos podía llevarle ventajas a todos, en un intento de ayuda se topa con los negros de Erika su mejor amiga, estos le dicen que esta en problemas.
— Si lo se, ya tengo una cita con su asistente, ella me ayudará — y que le pasen la soga por favor, colgarme seria más fácil lo sabia, tenía una facilidad de meterse en conflicto, su vida era toda una complicación.
— ¿Quién es tú maravilloso empresario? — la profesora se burlaba con ese tono de prepotencia.
— Nadie profesora ¡Por Dios! ¿quién podría aceptar una cita con Ámbar? No me sorprende que todo sea producto de tu imaginación — la risa socarrona de Daniel solo hacia que la ira de la chica subiera unos niveles, quería sacarle los ojos para luego mostrárselos, probablemente lo que pensaba no tenía coherencia como todo en su vida, pero una vena endiablada en su frente le decía que le saltara encima hasta arañar su rostro — se imaginan a la rubia entrevistando a los grandes mangantes del país, Héctor Valverde con la mejor cadena de restaurante en todo México, Máximo Sandoval multimillonario con la mejor comercializadora de toda Latinoamérica, Fernando Villaseñor con su gran cadena hoteleras, Ja, sueña Ambar — las risas de todos y la humillación a la que ya debía estar acostumbrada pero no era así, estas solo lograron arrugar su corazón inexistente, según Erika ella carecía de ese órgano, miro prepotente al moreno que muy en el fondo estaba dolido porque jamás le dio una oportunidad, era un niñato engreído.
— ¡basta! Parecen niños, señores recuerden que están apunto de convertirse en los futuros periodistas del país y hay que tener ética, si fuera por mi los reprobaría a todos, sin excepción — esto último iba dirigido a ella, a la pobre huérfana de quien Darío Sánchez tuvo compasión — Cuéntanos entonces — volvió a morder su labio mientras intentaba recordar los nombres que el tarado de Daniel había nombrado y en su concentración por odiarlo no presto atención, Fernando… Fernando y.. ¿cuál era el apellido? Miro a Erika por ayuda y la ve artícular uno de los nombres intentando ayudar.
— Máximo, sí, Máximo Sandoval — había cavado su tumba, para su sorpresa todos se quedaron en absoluto silencio y sabia que eso no era bueno, sumándole lo imponente que sonaba ese nombre, había peso en el.
— Te deseo suerte entonces Ámbar, espero que logres lo que muchos no han podido y si llegas a conseguir esa cita no seas indiscreta por favor, puedes tomar asiento — con su ceño arrugado camino hasta su asiento algo insegura.
Máximo Sandoval, seguro era un viejo amargado, no sabía porque tanto escándalo, pavor había en la mirada de todos, pensó presa de ese mismo miedo sin saber.
…
Toma un sorbo de su café haciendo un sonido desagradable, estaba muy caliente al punto de conseguir quemar su lengua, suelta un pequeño gemido en una queja de dolor, Darío se ríe mientras Alejandro no hace más que negar.
— Para lo hermosa que eres pareces un chico en cuerpo de mujer — rueda los ojos, ahí iba — Ámbar eres hermosa no te hagas eso por favor, mírate — enarco una de sus cejas mientras Erika ríe divertida, Darío los observa en silencio, el chico tenía razón, Ámbar era hermosa y no solo físicamente, era de esas chicas con las que nunca se cansaría de hablar, era cándida y hacía todo tipo de preguntas, inteligente y con una sed por aprender y saber cada día más, lo mantenía en vilo asombrado, fascinado por esa pequeña, le hubiera gustado que su hijo Damián fuera sido igual.
— Claro hermosa y me veo todos los días Ale, gracias al cielo tengo un espejo lo suficientemente grande en mi piso — Y algo ácida también, con cierto humor de realidad que la vida le había otorgado con medallas de honor.
— Mirian me dijo que Maximo Sandoval — decidió preguntar, hacia semanas que no hablaba con ella y la conversación con la profesora de metodología lo había dejado intrigado, ella le sonrió, sentía admiración por ese anciano que la había ayudado a entrar a la universidad, era el rector después de todo y su gran mentor.
— Si todo es culpa de Erika — aseguro mientras su amiga intenta intervenir — ¡ah! Silencio Erika, ¿Qué esconde máximo Sandoval? — pregunto al viejo, Darío era culto, un anciano estudiado y con mucha influencia, aún recordaba cuando sus lindos verdes la miraron con ternura aquella noche fría, Ariam no desaprovechó la oportunidad y desde ahí tuvimos un techo.
— Eso tendrás que descubrirlo tú, para eso es el artículo ¿no? — estaba segura de que Darío lo conocía, par de ancianos que debían encontrarse en esa reuniones pretenciosas de la alta sociedad — No te será nada fácil poder verlo, es un hombre muy ocupado Ámbar, será tarea difícil, muy difícil — sonrió con diversión, podía sentir la adrenalina en mi cuerpo ante una nueva aventura.
— Pero no será imposible, no para mí — sonrió, el lo conocía, Máximo era un joven con el espíritu de un anciano de ochenta, amargado como si le hubieran dado limón como lactancia.
— Si tu lo dices te creo — sabia que seria así, en ella había fuerza, un carácter indestructible y ese deseo de luchas con garras y dientes si era necesario, Ambar lograría mucho más de lo que todos creían.
— Pero no te presentaras en esas fachas — agrego el insoportable de Alejandro, miro su atuendo torciendo los labios estaba vez tenia razón.
Era hermosa lo sabía, no tenía para nada grandes cuevas de hecho de consideraba bastante plana, no era así, su cuerpo parecía haber sido creado con las proporciones correctas, aunque vivía en México sabia su procedencia, Gales, un pequeño país perteneciente al Reino Unido donde nació pero no vivió ahí lo suficiente, solo hasta sus tres años, ni siquiera lo recordaba, sabía que los negocios sucios de su padre los obligó a salir de su país aún lugar donde no se le creyese estar, México, el hombre murió cuando tenía solo cuatro año, pues la mafia lo siguió dejándola con su mamá y hermana mayor solo por dos años, su madre enloqueció y llegaron a vivir en las calles, era triste recordar los años que anduvieron ahí, cada día que se miraba en el espejo con solo veintiún años sabia que había vivido más de lo que quiso.
Esta vez necesitaba sacar provecho de su lindo rostro, de ese que era un encanto, tenía unas hermosas lagunas azules, su rostro no era tan perfiladas y su piel esa tan blanca como la nivea, las mejillas siempre poseían un color rosa y no era de baja estatura.
— No tengo nada mejor y lo primero que necesito saber es si esta en el país y así hablar con Lía — Erika negó de inmediato — la agencia de tu madre siempre trabaja para esa gente, en unos días leí que abra un evento de caridad, será como subasta y estoy casi segura que irá, lo sé porque lo leí en la trasnacional, irán empresarios importantes, artistas, Erika por favor — suplico sabiéndose perdida, conforme los días pasaban sabia que debía entregar ese artículo o perdería el semestre— Solo llámala — Lía tenía una agencia de festejo, siempre era la encargada de toda la logística de esos eventos.
— Lo haré pero me debes unos bueno shot de tequila este fin, Pablo lleva mucho tiempo molestando, ya no lo aguanto — rudo los ojos sabiendo que jamás debió meterme con él, era un niñato que no encontraba como sacárselo de encima.
— Bien no tengo de otra, llama a Lia y me avisas, iré a visitar a Ariam — Dario le lanzó una mirada que intentó ignorar.
— ¿Otra vez? — asintio un poco cansado de ese tema — no te hace bien Ambar — bufo tomando du bolsa con intención de marcharse.
— Sabes que no la dejare sola — sin más sale casi que corriendo por los pasillos de la universidad si corría con suerte tomaría el bus de la una.
….
— Siempre te metes en líos Ámbar — sonrió así era.
— Ahora me siento aún más presionada — Ariam su hermana mayor, Ella tuerce sus labios — te extraño — la abrazo y a pesar de ser más alta quedo acurrucada en sus brazos.
— Si yo también lo hago — se separo mirando la hora, debía entrar a las tres al puesto de tacos — ¿has visitado a mamá? — suelta un suspiro, ese tema aún era delicado.
— No, aún no supera lo que pasó y prefiero guardar la distancia — los azules de Ariam la miran con tristeza.
— Ya pasó un año, búscala, no fue tu culpa, si hay una culpable esa soy yo — las ganas de llorar llegan con solo recordar esos días, pero no lo hace, sabe que no debe permitírselo y menos ahí, en el fondo se sentía culpable.
— Ella no lo ve así, prometo que la iré a ver pronto — la rubia de estatura más pequeña niega al saber que no será así, la conocía, incluso mucho más de lo que ella lo hacía.
— Vete ya es tarde — toma una aspiración profunda mirando el lindo rostro de Ariam.
— Prometo venir pronto — la sonrisa de Ariam la tranquiliza en todos los sentidos, ella le daba paz.
— Lo sé, no deberías molestarte tanto, no hay apuro puedo durar días sin ver a mi pequeña hermana — un último abrazo y se despido.
Ya en el autobús camino al ver puesto de tacos donde trabajaba hasta el amanecer siento su teléfono vibrar, Erika.
Erika ♡
Listo, mamá dijo que si, solo no desea que lo incomodes, será mañana a las seis, ahora te cuento mejor. 2:55 P.M.
Máximo Sandoval, se que será tarea fácil para mi, se dijo llena de ilusión.__________
Feliz de iniciar al fin esta historia que ha atormentado mi cabeza por meses 😍😍😍
Si estas aquí y ya me has leído gracias por la oportunidad, si eres nuevo espero que te guste y bienvenido.
GRACIAS ❤
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Máximo
RomancePoder, ambición, arrogancia, una máquina de hacer dinero, con un atractivo indiscutible y sin una pizca de sentimientos, Maximo. Él, un témpano de hielo imposible de derribar. Ella, fuego puro, ardiente capaz de derretir hasta el mayor de los iceber...