capítulo 1: somos olas

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 POV Alba

Con la desaparición de Queen estaba desubicada, triste y devastada. La había adoptado cuando apenas tenía 6 meses. Llevaba 5 años haciéndome compañía desde que me había mudado a Tenerife. 

Me odiaba, la culpa era mía, puesto que uno de los días que salí a trabajar dejé la ventana de mi habitación abierta por descuido. Vivía con ella desde que decidí venir a la isla por una oferta de empleo, necesitaba cambiar de aires, darle un nuevo rumbo a mi vida, y no había un lugar más perfecto que este, me sentía como en casa, el olor a salitre, la humedad característica y el calorcito que me recordaba tanto a mi Elche.

Aunque lo que más me gustaba de aquí era sentirme lejos del mundo, ajena a lo que pasaba, como si viviera en una burbuja y de lo único que me debía preocupar era de vivir. Ya que siempre me la he pasado malviviendo y no disfrutando de los pequeños detalles. 

Otra de las cosas que más amaba de la isla era su gente, tan cercana, que nunca dudaron en ayudarme y me facilitaron tantísimo mi adaptación para comenzar mi nueva vida, que aún no sé como se lo voy a agradecer.

Conseguí hacer un par de amigas en el hotel en el que trabajaba. Me dedicaba al mundo del espectáculo, cada noche daba un show con un repertorio de canciones acordes a la temática de ese día, desde folclore español, cabaret, versiones de películas, musicales, pop, canciones de los 80, 90 y los dos mil, Eurovision, cada noche era un nuevo reto.

María se dedicaba a pinchar las bases de los temazos; Nia y Mimi formaban parte de mi cuerpo de baile y coros, ellas eran las culpables de que todo fuera más fácil lejos de mi familia y amigas. Desde que llegué se encargaron de acogerme como una más de sus hermanas y de llevarme de ruta por la isla en el poco descanso que teníamos, que era básicamente los domingos por la mañana. Cada domingo íbamos a un pueblo diferente, en el que descubría playas y paisajes increíbles, comíamos de maravilla y lo pasábamos en grande. Una madrileña, una canariona, una granadina y yo la niña de Elche habíamos acabado por x o por b en una isla a 3 horas en avión de la capital de España, pero no podíamos ser más felices aquí.

Sin embargo desde hacia una semana sentía un vacío gigante cuando entraba al piso y no veía a Queen esperándome en el mueble del recibidor. El pisito en el que vivo no es muy grande pero si lo suficiente para sentir su ausencia. Cuando llega la hora de dormir, extraño su ronroneo con el que me pedía caricias, echo de menos el calorcito que me daba cuando se dormía entre mis piernas y hasta sus gruñidos cuando amanecía arisca.

Desde que desapareció hace ya 6 días me dedicaba a pegar carteles por todo el pueblo. Lo único que me animaba a encontrarla era pensar que de la isla no podía haber salido, a no ser que se fuera nadando, y esa opción la descartaba porque Queen odiaba el agua.  


 POV Natalia

Mi pasión por el mundo marino me había llevado al paraíso en el que actualmente estaba viviendo, estudié un doble grado en ciencias del mar y ciencias ambientales en la Universidad de Cádiz y ahora me encontraba realizando un curso de entrenadora de delfines en Canarias. Amaba todo lo relacionado con los animalitos, mi sueño desde pequeña siempre ha sido poder cuidar de ellos.

Si conseguía aprobar este curso optaría a una plaza fija en el zoo más importante de España, el Loro Parque situado al norte de la isla de Tenerife, pero no iba a ser fácil puesto que tenía rivales muy duros, entre ellos una de mis amigas, Julia la gaditana, desde que nos conocimos en el primer año de carrera no nos habíamos separado. Solo había una plaza e iba a luchar por ella con uñas y dientes.

Soy una persona que no puede estar quieta ni un segundo, tengo que estar constantemente haciendo cosas, de modo que desde que me asenté hace ya 4 meses en la isla, estaba sacándome el título de buceo, así como participaba puntualmente de manera voluntaria en el Programa de Identificación de Tortugas Marinas (PITMAR), en el que nos dedicábamos a curar a tortugas que tenían algún problema. 

El 90% de las que llegaban al centro era porque las redes de los pesqueros se les enredan en sus aletas pudiendo provocar su pérdida, por choques contra barcos lo cual les causaba traumatismos, por la contaminación e incluso por micro plásticos que afectaban a sus estómagos. Después de nuestros cuidados y cuando ya estaban 100% recuperadas las liberábamos de nuevo. 

Doy mi vida por los animalitos, por lo que cada domingo por la mañana ayudo como voluntaria en el albergue Valle Colino, el cual salva a perros y gatos que algunos desalmados se dedican a abandonar e incluso maltratar. Al tener bastante experiencia en el cuidado de animales asisto como auxiliar de veterinaria, los baño, los saco de paseo, y con lo que más disfruto que es jugando con ellos, como si de una enana se tratase.

Se puede decir que llegué con las maletas y una meta que alcanzar, y estaba haciendo todo lo posible porque así fuera. 





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Hola bienvenidas, es mi primer fanfic, nunca he escrito nada pero espero que le deis una oportunidad. 

Un besico. 

Nos vemos ya mismo con el siguiente!

MadayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora