Capítulo 7: carnaval, carnaval

144 15 0
                                    



POV Natalia


No podía dormir ya que todo me daba vueltas, así que decidí pedirle disculpas a la rubia de la única forma que se me ocurrió, le escribí una pequeña nota en nombre de los dos pero no me atreví a dársela en persona, puesto que la última vez no estuvo nada receptiva y pagó el mosqueo conmigo. Cosa que veo lógica, así que no la culpo para nada por ello.


Junto a la nota le dejé la propina que anteriormente nos había rechazado aunque solo con mi parte, ya que suponía que no querría nada que viniera de Carlos. Su show me encantó y le hubiera dado todo mi dinero pero en ese momento era lo único que tenía en efectivo.



Le pedí por favor a una de sus compañeras si podía entregársela. Me preguntó de parte de quién era, a lo que le respondí que lo sabría al leerlo y aceptó a dársela. No se si finalmente llegó a sus manos o si lo leyó pero esperaba que la próxima vez que nos viésemos no me evitara con la mirada.



Iba a matar a Carlos según se despertara. Si lo llego a saber le ato la manos y no lo dejo beber ni una sola gota de alcohol, vaya vergüenza que pasé por su puta culpa. Estaba muy cabreada con él y esa actitud de mierda.


Y es que a Carlitos le molaba la misma rubita en la que me había fijado en cuanto la vi sobre ese escenario. Pero no le diría nada ya que no lo consideraba importante, y si al chaval le gustaba pues adelante. Lo que si sabía es que Alba no se lo pondría tan fácil, ni siquiera sabía si querría verlo de nuevo.


Vaya con la rubita, al final resultó ser cantante y bailarina, una artista en definitiva. Ya esperaba con ansias al show de mañana por la noche para ver con que nos sorprendía.





POV Alba



La chica que me gustaba me había visto actuar y no solo eso sino que además me dejó una señora propina, que por supuesto iría para los cuidados de Queen. Necesitaba ahorra unos 800€ para pagar su operación y medicación, nadie dijo que tener un animal fuera fácil. 

Y la cuestión es que con los 1500€ que ganaba al mes, la mitad se me iba en el alquiler del piso, agua, luz, internet, desplazamiento, etc. Y lo poco que me quedaba lo iba ahorrando para un proyecto que tenía en mente desde hacia mucho tiempo. Se puede decir que los imprevistos que iban surgiendo los podía solventar con las propinas que me dejaban les clientes.




Al trabajar en el hotel, tenía derecho a todas sus áreas de ocio. Estaba un poquito aburrida, por lo que llamé a las chicas y nos fuimos las cuatro a la piscina a pasar el día y relajarnos para el show de la noche.


Pedí una ronda de mojitos de fresa, con poco alcohol claro, no era cuestión de pillarse una borrachera en día laboral. 

Pero antes de marcharme de la barra divisé en frente a Natalia con un bañador negro, que madre mía que bien le sentaba. Sus clavículas a la vista que no podía dejar de mirar, su lunar que no había tenido el honor de contemplar y que estaba situado encima de su pecho izquierdo, y algunos tatuajes que tampoco conocía. Seguí subiendo pero en cuanto sus ojos quisieron hacer contacto con los míos me fui con mis mojitos, pidiéndole antes al barman que hiciera otro más y se lo ofreciera a la morena de los tatuajes.

MadayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora