hello ⨟ chanmin

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Los gritos en el hogar eran presentes, algo que ya no extrañaba a ninguno de los 8 jóvenes pero esta vez eran diferentes. No de pelea, no de terror, eran de diversión.

-¿Que es lo que sucede aquí?-. El rubio se hizo presente y los dos menores se observaron entre ellos.

Fue por el silencio que obtuvo de respuesta por lo que Chan se dió cuenta de el desastre en la cocina. Un suspiro escapó de sus labios y ni siquiera se molestó en preguntar.

Sabía de quienes era la culpa y no era nada más ni menos que de el dúo inigualable que el grupo conocía a la perfección. Ese par que cuando estaban juntos podían causar el mayor desastre posible.

-Limpien todo esto que chan hyung tiene demasiado como para andar vigilando a dos irresponsables-. El mayor de ellos habló y el australiano le agradeció con una sonrisa.

-¡Minho hyung, tú nos has alentado a hacerlo!-. El chico alto de pelo negro se quejó y el mencionado le tapó los labios con la mano, sonriendo inocente a el líder que negó con indignación en su rostro.

-Tú, el cómplice mentiroso. También limpiarás este desastre.

Minho refunfuñó mientras un chico de mejillas abultadas le sacaba la lengua. No pasó mucho para que otra guerra se hiciera ahí mismo. Chan suspiró.

-¡Minho, no debes amenazar a Jisung con ese cuchillo!-. El líder gritó y vió como el rubio involucraba a un pelinegro que no hacía nada más que comer el glaseado. -¡Jisung, no uses a Hyunjin de escudo!-. Volvió a regañar pero supo que ese trío era un caso perdido.

El líder prefirió guardar silencio y pensar en que se le había ocurrido a Changbin cuando decidió unir a Jisung y a Hyunjin. Recordaba cuando ese par peleaba con solo verse respirar el uno al otro y en esos momentos veía como se ponían de acuerdo en hacerle la vida imposible a Minho.

La sonrisa que estaba plantada en sus labios fue borrada cuando notó como la puerta de la cocina era abierta con fuerza, parpadeó impresionado por la reacción de vergüenza entre ese trío.

Seungmin había aparecido llorando por los gritos, sabían que a él no le gustaban y rápidamente los demás sintieron pena por él.

-Seungmin-ah, regresa a dormir, estábamos bromeando y nadie está enojado. Perdón, limpiaremos esto rápido-. Hyunjin fue quien se disculpó y Minho dudó en acercarse a abrazarlo pero el menor asintió para irse.

El mayor de todos miró preocupado a su menor y no dudó en seguirlo, ignorando la tonta discusión que había entre Hyunjin, Minho y Jisung, después se encargaría de eso.

Ni bien Chan ingresó a la habitación de Seungmin que compartía con Hyunjin, no se sorprendió al no encontrarlo ahí. Negó con la cabeza y fue directo a la habitación del pequeño australiano que tanto adoraba, una sonrisa se formó en sus labios al verlos.

Siempre estaban los dos juntos, en cada momento de el día que buscaba a uno, estaba con el otro. El pequeño rubio salió de el pecho de el de cabello marrón claro y miró al australiano mayor con una sonrisa dulce. Félix hizo a un costado a Seungmin, quién ya se veía más calmado y algo dormido.

-Gracias por calmarlo Félix, ¿puedo?-. El menor asintió con ánimo y decidió irse para dejarlos solos, no sin antes darle un fuerte abrazo a su mejor amigo.

Seungmin miró fijamente a Chan y con el cabello todo despeinado. El vocalista había tenido un tiempo difícil grabando canciones hasta tarde y su horario de sueño había cambiado drásticamente pero nadie se quejaba con él, sabían que trabajaba duro.

-Seungmin-ah, lo estás haciendo increíble-. Chan acaricio el cabello de el menor, quién sonrió con cansancio y se acomodó en su muslo.

Los ojos de Seungmin brillaban como las estrellas y Chan se perdió en aquella galaxia que era digno de admirar. Le encantaba verlo feliz, le encantaba poder ser el causante de esas sonrisas.

-Siempre me has dicho eso.

Bang alzó una ceja con interés mientras su mano ahora se había dirigido a las mejillas de Kim, acariciándolo como si fuera lo más preciado en el mundo. Porque si, lo era.

-Desde el primer dia que me viste, dijiste que te interesé. ¿Fue por mi canto y dedicación?-. Lo miró confundido y el rubio rió levemente.

Seungmin infló sus mejillas con enfado al no recibir respuestas más que "mh" ante sus dudas. Siempre que le preguntaba a el mayor, este se hacía el tonto.

Algún día le iba a decir a Seungmin cada uno de sus sentimientos.