No Shame [PJM|JJK] EN EDICIÓN

08

—Seokjin te juro que era él, ¿por qué te diría de no ser así?

—Jungkook, estabas ebrio, pudo ser cualquiera—calló en cuenta de aquel último detalle y lo miró enojado—. ¡Pudo ser cualquiera! ¿Cómo puedes ser tan irresponsable? Ya estás grande como para que alguien tenga que controlar que no tomes hasta el punto de no darte cuenta de las cosas que pasan.

Jungkook bufó al darse cuenta del rumbo que tomaba esa conversación. Ese mañana había ido a casa de su hermano a reunirse con él y contarle todo lo que había pasado, ya que sí alguien podía saber algo era él, era su hermano mayor. Seokjin era mejor amigo de Namjoon y Namjoon era muy cercano a Yoongi, así que él podría confirmarle si aquel chico estaba de nuevo en el país. Sin embargo, desde que llegó sólo fue recriminado por sus actos de la noche anterior, ¡no le había ofrecido ni siquiera algo para comer!

—Hyung, ya lo entendí. ¿Está bien?—se levantó de la mesa—. Iré a buscar algo en la cocina, ya que estás siendo un mal anfitrión y aún no me ofreces nada.

—Jungkook, no seas un niño mimado. Estás grande como para emborracharte hasta perder los sentidos, así que también estás grande para comer por tu cuenta, ¿no?—le dedicó una mirada envenenada al menor y este solo rodó los ojos.

Seokjin siempre era así, al parecer aún tenía la esperanza de que cambiara sus "malos hábitos", y aunque reconocía que había hecho mal en beber tanto, no ignoraba el hecho de que nada malo había pasado. Simplemente bebería menos la próxima vez y eso sería todo. De todas maneras, eso era lo que menos le preocupaba en ese momento. Necesitaba saber si Yoongi de nuevo estaba en Corea, y además necesitaba saber qué intenciones tenía. Revisó sus mails en la bandeja de no deseados mientras masticaba con pereza una tostada, la cual tragó con dificultad al leer un mail del mismo correo que, años atrás le había llenado de rencor.

"Hola Jungkook.

¿Cómo has estado? Ha pasado un tiempo desde que te escribí, pero creo que ya es tiempo de que finalmente nos veamos, ¿no crees? Estaré en contacto, ya que seguro no responderás. Ten un buen día, Jungkook.

Min Yoongi"

¿Entonces sí era él? ¿A él fue a quién vio ayer?
Yoongi estaba de nuevo en Corea...

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Jimin se sentó en la silla y esperó pacientemente a que llegara el estilista a cortar su cabello, no había desayunado y quizá no le daría tiempo de almorzar, pero poco le importaba. Tomó de su botella de agua y saludó amablemente a los ayudantes del lugar.

—Señor Park, es un placer para mí tenerlo de nuevo aquí. ¿Qué puedo hacer hoy por usted?

—Me gustaría que cortara un poco a los lados—señaló en su cabeza—. No quiero perder el largo del todo, sólo bajarle un poco el volumen, y quizá también aplicar alguna mascarilla, ¿es eso posible?

—Claro que sí. Deme un momento para ir a preparar lo necesario—hizo una pequeña reverencia y se marchó.

Había estado toda la mañana ensayando con su voz en el estudio, sin embargo no obtuvo los resultados que quiso, ya que no logró sacar las palabras de su amiga de su cabeza.

No quería pensar en ello porque creía que era demasiado tonto y estaba fuera de todo sentido o lógica, pero por alguna razón aquello había quedado en su cabeza. El estilista volvió y lo sacó de sus pensamientos al preguntarle si también iba a cambiar de color, a lo cuál negó. El rubio le quedaba muy bien, así que quizá se lo dejaría por un tiempo. Masajearon su cuero cabelludo mientras lavaban su cabello con sumo cuidado, finalmente comenzaron a caer mechones de cabello al piso y luego de un rato su nuevo corte estuvo listo. Agradeció y se retiró del lugar. Decidió ir hasta su casa caminando, ya que esperaba ser visto por sus fans. No fue sorpresa para él cuando varias chicas se acercaron emocionadas y otras tímidas a pedirle una foto o simplemente a desearle una buena tarde; él sonrió amablemente a todas y se comportó excepcional con cada una. Sin duda, Jimin siempre sería un idol amado porque sabía cómo lograr que las personas lo amaran. Peinaba su cabello hacia atrás para enloquecer a las chicas y cuando veía que las tenía comiendo en la palma de su mano, sonreía dulcemente para golpear a sus corazones aún más.