Capítulo 6

261 15 4
                                    

Cuando Flor llegó a su casa se encontró a su madre en el salón. Se había hecho algo de cena y estaba viendo un programa de televisión.

- Hola mamá, ¿qué tal te fue el día? - le preguntó ella haciendo que su madre se percatara  de su presencia.

- Hola cariño, pues con mucho trabajo pero bien. ¿ Y tú a dónde has ido? Has llegado tardecillo. - dijo ella con mirada inquisidora.

- Fui a casa de Lorena y me quedé allí a cenar con ella.

- Te estás haciendo muy amiga de esa chica. Me alegro muchísimo cariño. Te viene bien que hagas nuevas amistades y conozcas a otra gente. - su madre estaba al tanto de su situación con Valeria, y no podía soportar ver a Flor triste todo el día.

- Sí mamá me llevo muy bien con ella al igual que con el resto de chicas del equipo. - Flor no quería que su madre se hiciera ideas equivocadas de su amistad con Lorena.

- Bueno me voy ya a la cama que estoy agotada, buenas noches mami.- le brindó una sonrisa y dio por finalizada la conversación metiéndose rápidamente en su cuarto.

Flor estaba realmente cansada, había sido un día largo, así que el sueño no tardó en hacerse presente.

Despertó con el ya conocido sonido del despertador. Se puso una ropa cómoda, desayunó y se fue para el club de hockey.

Hoy empezaba con los entrenamientos y sentía una mezcla de nervios y entusiasmo. Cuando llegó se encontró con los chicos en la cafetería, estaban Putxi, Óscar y Lluc.

- ¡Hola Flor! ¿Nerviosa? - le preguntó Lluc con una sonrisa divertida.

- Un poco para que te voy a mentir, pero las chicas son geniales solo me da cosa no dar la talla.

- Nah, pero si por lo que me han contado Raquel y Lorena de la prueba que hiciste el otro día con ellas, eres súper buena. - la animó Lluc.

- Son todas muy buenas, bueno chicos me voy ya que no quiero llegar tarde el primer día. - les dirigió una última sonrisa y se fue a los vestuarios a cambiarse.

El entrenamiento estaba resultando más duro de lo que se imaginaba, Ana era un poco estricta aunque se notaba que quería a todas un montón.

- ¡Vamos Flor el último empujón! - la animó Lorena mientras daban la última vuelta a la pista.

Una vez que hubieron terminado fueron a los vestuarios a darse una ducha. Las duchas no eran cerradas por lo que se veían perfectamente las unas a las otras. A Flor le daba un poco de vergüenza por lo que intentaba mirar todo el rato a la pared.

- Florecita no te hacía yo tan tímida.- le picó Lorena.

- Más quisieras, de tímida no tengo nada. - dijo dándole un repaso de arriba abajo. No sabía que le pasaba con Lorena, no es que le gustase pero desde el principio habían adoptado esa relación de picarse y hacerse bromas por lo que Lorena siempre conseguía hacer desaparecer cualquier rastro de timidez que tuviera.

- Uy ya veo, menudo repasito me acabas de hacer.

- Venga chicas dejad de tontear ya y daros prisa que vamos a salir a tomar algo. -  les dijo Berta divertida.

- ¡Oye no estamos tonteando! - se quejó Flor.

- Ya, ya - y dicho esto Berta salió del vestuario dejándolas solas pues las demás ya habían salido.

- Vaya parece que nos hemos quedado solas - Lorena miró a Flor con una sonrisa traviesa.

- Sip y no me mires así que no va a pasar nada. - dicho esto Flor le guiñó un ojo y salió del vestuario pues ya había terminado de vestirse.

- ¡Aburrida! - escuchó a Lorena gritar, y no pudo reprimir una risa.

Fueron al mismo bar del otro día, aunque hoy no saldrían de fiesta pues estaban todas cansadas y además mañana les tocaba otra vez entrenamiento. Dentro de dos días tenían partido y estaban entrenando al máximo los días de antes, pues no podían permitirse perder.

Mientras traían las bebidas Flor se distraía mirando instagram. Vio que Valeria había subido una historia, salían Lucía y ella bailando en una discoteca, se notaba que llevaban unas copas de más y Lucía no paraba de decirle cosas al oído a lo que Valeria se reía.

A Flor le invadió un sentimiento de confusión que de un momento a otro se convirtió en rabia. ¿Para eso quería Valeria que se dieran un tiempo? La verdad es que no la veía nada afectada por haberse dado un "tiempo" con ella.

De repente recordó que Fran, el chico que conoció el otro día, le había pasado el número de su camello. No es que se sintiera muy orgullosa de fumar porros pero en ese momento lo necesitaba.

Así que tras disculparse con las chicas por decirles que tenía que irse, salió del bar, lo último que vio fue la mirada de confusión de Lorena.

Marcó el número que le había pasado Fran y espero a que le cogieran el teléfono.

- ¿Si? - respondieron al otro lado de la línea.

- Hola soy Flor, una amiga de Fran. Me dijo que tú pasabas maría.

- Sisi, desde maría hasta cannabis, pastillas... lo que quieras guapa.

- De momento con maría me vale. - dijo ella.

- Perfecto, pues si quieres pasate ahora por el parque este que hay al lado del río, el que está al lado de un mercadona. ¿ Sabes cuál te digo?

- Sisi.

- Vale pues ahí te espero.

Dicho esto Flor colgó la llamada y arrancó la moto dirigiéndose hacía allí. Era un parque en el que curiosamente no solía haber mucha gente por lo que era un sitio perfecto para pasar droga.

Al llegar vio a un hombre desaliñado que aparentaba unos 40 años, podía ser más joven pero entre su gesto apagado y su espesa barba parecía más mayor.

- Hola guapa, toma. Son diez euros. - le entregó una pequeña bolsita de la hierba que Flor había pedido.

Le dio el dinero dándole las gracias y se marchó con la moto al sitio donde había conocido a Fran el otro día, pues era un lugar muy tranquilo.

Aparcó la moto y decidió bajar al río a remojarse los pies. El agua estaba fresquita, a la temperatura perfecta para que Flor se sintiera en la gloria.

Cogió un papelito de los que se usaban para fumar tabaco, pues lo había comprado en un estanco que había cerca y se lió el porro.

Sintió el humo entrar dentro de ella y repentinamente estaba más tranquila. Pasado unos minutos volvió a experimentar la sensación de la otra vez de que nada tenía realmente importancia. Empezó a reirse como loca, vio una rana saltar cerca de ella y no pudo aguantar las carcajadas todo le hacía gracia.

De repente una idea cruzó por su mente, cogió el móvil y se metió en el chat de Valeria. Tenía que acabar ya con todo eso, no tenía sentido seguir torturando se por alguien a quien no le importaba.

"Valeria cariño, no sabes lo bien que me siento ahora, he visto una ranita súper mona. El viento me está haciendo cosquillas y el agua está súper fresca. Ah a lo que iba, quiero que terminemos con esta farsa de darnos un tiempo. Espero que te vaya genial en la vida, besooos. Ah y no me vuelvas a escribir o te mandaré a la mierda ;)"

Le dio a enviar y apagó el teléfono. Se tumbó en la hierba que crecía alrededor del río y cerró los ojos.

Holaa, perdonad que lleve tanto sin actualizar, últimamente estaba sin inspiración :(
Bueno espero que os haya gustado el capítulo y cualquier duda o sugerencia me la comentáis ^^

FlorenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora