One

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Después de esperar media hora de cola, Jinyoung llegó hasta la ventanilla del cheking y pidió el vuelo que le llevaba de vuelta a casa. La mujer tecleó en el ordenador, y tras fruncir el entrecejo, dijo con voz monótona:

—Lo siento, pero el embarque del vuelo 3206 con destino a Corea ha cerrado ya sus puertas

—P-pero… ¿Cómo… ? ¿Cómo que ha cerrado sus puertas?—repitió el castaño nervioso.

—No puedo sacarle el billete—respondió la mujer sin inmutarse.

—Y… Ahora, ¿qué hago?—preguntó con un matiz de pánico en su voz.

—Puede comprar otro billete de avión en la ventanilla que hay al fondo a la izquierda

Siguiendo las indicaciones, se dirigió hacia la ventanilla y preguntó a un señor mayor con expresión aburrida, qué debía hacer en caso de perder el vuelo.

—Puedo conseguirle un billete de avión para esta madrugada, pero su costo es de 460 dólares

—Y… ¿No hay nada más económico?

—Puede esperar tres días. Hay un vuelo programado para las 10 de la noche y costaría unos 170 dólares 

—G-Gracias

Abatido, se colgó la mochila a los hombros y felicitándose por su buena suerte, se sentó en el suelo, recostado en la pared. Sacando su móvil, dudó en llamar a su madre. Seguramente le caería una buena bronca por perder el vuelo. Por no mencionar los 170 dólares adicionales que tendría que pagar para que su hijo volviera a casa.

Solo de pensar que tendría que pasar dos noches en el aeropuerto y durmiendo en una incómoda silla, se le revolvió el estómago. No le quedaba dinero, solo llevaba encima 25 dólares y con eso no pagaba ni una noche en un hotel de mala muerte.

Consciente de que no estaba preparado para decírselo a su madre por el momento, sacó sus cascos y se puso a escuchar música. No se le había ocurrido nada mejor. Mentalmente, calculó cuánta comida podía comprar por tres días, desafortunadamente las cafeterías tenían los precios por las nubes, y un simple bocadillo con una coca-cola costaba unos 8 dólares. Pensó que con un café podría aguantar toda la mañana, y por el mediodía compraría algo sencillo en las pequeñas tiendas de comida. Prescindir de la cena no sonaba para nada bien, pero no le quedaba otra.

"A pasar hambre", se dijo con los ánimos por los suelos.

Tras escuchar música por 40 minutos, se quitó los cascos frustrado. No había pasado ni una hora y ya no aguantaba más. Su voz de la razón le recordaba cada aproximadamente dos minutos que debía llamar a su madre. Pero la perspectiva de escuchar sus gritos, le echaba para atrás.

Era un cobarde, sí. Y reconocerlo no le hizo sentir mejor. Si por lo menos tuviera más dinero… 

—¿Jinyoung?

Alzando el rostro ante la mención de su nombre, quedó congelado al ver quien le había llamado. Lim Jaebeom se encontraba frente a él con una expresión de sorpresa en el rostro.

—¿J-Jaebeom?

—¿Qué haces en el suelo?

—Es… Estaba esperando a… —avergonzado, titubeó unos segundos antes de confesarle la verdad.—Perdí mi vuelo, y hasta dentro de tres días no puedo tomar el siguiente

—¿Y por qué no vas a un hotel?

—No… No me queda dinero

—Vaya, que mala suerte—dijo Jaebeom escondiendo una sonrisa.—Precisamente estoy en un viaje de negocios y tengo que quedarme tres días en Inglaterra

Addictive [Bnior/JJP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora