Capítulo 3 - Parte 5

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Esta bien para ti convertirte en lo que quieras ser – Parte 5

Cuando vio a Kagami echar a correr, Takako inmediatamente agarró a Alice y lo siguió por detrás.

“Para él, ¡Huir es como admitir lo que decimos!”

“¡Sólo estoy huyendo porque no me escucharán! ¡Nos encontraremos de nuevo!”

Kagami empezó a correr hacia la posición donde Rex se había escondido. Se dirigían al noreste de Balman, hacia el Castillo del Rey Demonio, que estaba ubicado en Atros, uno de los cuatro reinos.

“¡Kagami-dono, hay un carro parado delante de aquí! Ya que nos dirigimos hacia el Castillo del Rey Demonio, me aseguré de ello antes, porque pensé que sería necesario. Vamos a montarlo.”

Le gritó Menou a Kagami mientras se abría camino hacia él, luego comenzó a tirar de él.

“Un carro… ¿Cómo lo has conseguido?”

“Lo cogí de uno de los vendedores ambulantes que se dirigían a Balman.”

“Y yo que estaba tratando de convencer al Grupo del Héroe de que no eras un chico malo para nada∼. Si confirmo la seguridad del Rey Demonio, parece que tendré que entregarte…”

“Aunque hubiera robado uno o dos carros, sigo siendo el tipo que atacó la ciudad. Para mí, lo más importante es confirmar la seguridad del Rey Demonio. No te preocupes, no quería a deshonrar a Kagami-dono, por lo que no maté a esos vendedores ambulantes ni les privé de sus bienes. Sólo tomé su caballo y su carro.”

“Eh, pero gracias a tus acciones, el Grupo del Héroe encontró este lugar, ¿o no lo hicieron?”

“…………Ahh.”

Kagami era consciente de cómo, convenientemente, habían sido descubiertos por el Grupo del Héroe. A pesar de que consideró golpear a Menou por un momento, Kagami resistió el deseo y corrió hacia el carro.

Hizo una expresión amarga cuando vio el carro.

Dos caballos estaban en estado de alerta al lado del carro, el cual fue diseñado para transportar cosas y tenía una carpa sobre él. Sin embargo, no importa cómo se viera, esas cosas no eran caballos en absoluto. Sus mitades superiores eran parte humana. Eran Kenta-Uros.

“Deberían estar agradecidos de que les robaras tal cosa.”

Murmuró Kagami mientras colocaba una mano sobre la cabeza del Kenta-Uros y gemía quejumbrosamente, como si lo odiara desde el fondo de su corazón.

“A pesar de que parecían estar bien, ya que estaban siendo utilizados por propia voluntad, les solté. Por supuesto, esos caballos me reconocen y me permiten montarlos.”

Mientras daba a entender que quería ser alabado, Menou fue tirado al fondo del carro. Sin necesidad de que le recordaran que se encontraban en una situación en la que el Grupo del Héroe estaba a punto de alcanzarlos por detrás, Kagami también se metió en el carro.

Detrás de ellos estaba Takako, que parecía feliz cuando los alcanzó, y Alice, que había sido llevada por Takako, y que parecía estar aburrida hasta la muerte. También se metieron en el carro.

“¡Tiempo de partir! ¡Empezad a correr! ¡Si nos dirigimos recto al oeste del bosque, seguramente vamos a salir de él!”

A pesar de que Kagami se subió al carro y trató de permanecer inexpresivo mientras decía esto, los dos Kenta-Uros fijaron desesperadamente sus ojos en él y gritaron:

“Humanos, somos un existencia noble.”

“Ah, sí.”

“Dijimos que solo al Demonio se le permite viajar con nosotros. Como si les fuéramos a dejar a vosotros chicos, que sois seres inferiores, ser transportados. Será para siempre una vergüenza. Perdeos.”

Aldeano Nvl.999Donde viven las historias. Descúbrelo ahora