Experimento Yujiro.

Prólogo.

En el mundo existen muchas formas de entretenimiento, pero una en particular nunca desaparecerá, esa es los deportes. Béisbol, fútbol, ping pong, basketball, entre otros, siempre estarán presentes para estimular al ser humano y llenarlo de emoción, pero sobre todo hay unos en particular que hacen estallar la adrenalina, los deportes de contactos, especificando, los de combates.

Karate, boxeo, muay thai, aikido, jiu jitsu, etc, todo este tipo de cosas han llamando la atención de un enorme público, haciendo que las artes marciales se volvieran una manera de entretener al público. Pero eso no quita la tensión y tenacidad de estos. Algunos dicen que son sólo violencia sin sentido, pero esas personas no lo comprenderian, todo el tiempo entrenando para hacerse los más fuertes, todas esas técnicas y sufrimiento por el cual han pasado para ser lo que son hoy en día. La gloria, el honor y el respeto, son muchas de las cosas que puedes encontrar en este mundo.

Pero el ser humano en su búsqueda de placer no estaba conforme sólo con esto, quería más, algo más emocionante. Ahí fue cuando nacieron las arenas clandestinas, lugar donde no importa quien seas, que arte marcial practiques o como pelees, un sitio donde no hay divisiones de pesos ni restricciones para los combatientes, ahí es donde estas lo más cercano a la muerte. Algunos peleadores cansados de las reglas se adentran a este mundo en busca de “algo” más.

La cantidad y nivel de violencia presente en este tipo de combates emocionan a las personas, desde entonces la popularidad de estos han crecido al punto de existir varios torneos clandestinos alrededor del mundo entero, tanto que hasta personas importantes en la sociedad se han visto involucradas en ese tipo de negocios. El ser humano con tal de ver acción o algo entretenido que satisfaga sus deseos y placeres es capaz de lo que sea.

Y hoy en día es en una de las tantas arenas que existen en Japón se contará esta historia. Un lugar subterráneo, en shinjuku, puedes encontrar una enorme arena clandestina donde participan gente extraordinaria, personas de alto valor van a esos lugares para apostar y disfrutar de un combate sangriento.

Es conocido como “Hyper battle”.

—¡Y ahí va!, ¡tenemos un ganador!—anunció el albitro.—¡Entonces, señoras y señores, ¿se están divertiendo esta noche?!—recibió un gran bullicio.—¡Me lo imagine!, ¡pero manténganse preparados porque el último combate de esta noche está por comenzar!

En una de las habitaciones de espera, un enorme hombre, corpulento, con piel blanca, estaba sentado mientras terminaba de comer unas grandes cantidades de carne de todo tipo. Al ver el televisor colgante en el techo, escucho su nombre.

—Ah, es mi turno.

Entonces la puerta se abrió, un hombre con un traje gris y anteojos se presentó.

—Jien, prepárate para el combate.

—Si, si, ya lo sé.

El hombre miró los platos de comida.

—¿Cuántas veces tengo que decirte que no comas antes de un combate?

—Lo lamento, la angustia no me dejó. Y tenía hambre.—chupo sus dedos.—Lo hago todo el tiempo, no sé de qué te quejas, Urashi.

El hombre sólo chasqueo sus labios.

—Cómo sea, date prisa.

Jie se levantó, el banco en el que estaba sentado esta completamente hundido, casi partido por la mitad. El enorme hombre flexiono sus brazos y bostezo.

—¡En esta esquina, tenemos un hombre que ha durado dos años combatiendo en esta arena!, ¡muchos sabrán de quien habló!, ¡denle un gran aplauso a Yi Jien!