Secretos I

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ATENCIÓN: LOS PERSONAJES EXPUESTOS PERTENECEN A MASAMI KURUMADA Y TOEI ANIMATION, ESTO ES SIN FINES DE LUCRO.

ESTOY NERVIOSA A MIL. ESTA ES MI RESPUESTA A UN RETO MÁS DE SAINT SEIYA UNIÓN FANFICKERA, EN ESTA OCASIÓN, OBEDECE A ESCRIBIR UN LEMON.

DISCULPEN DE ANTEMANO LAS MOLESTIAS, ES MI PRIMERA VEZ ESCRIBIENDO ASÍ.

o-o-o-o-o

Bebió de una buena vez lo que quedaba en la botella de cerveza. No sentía ánimo de seguir ahí, estaba cansado, las heridas de su cuerpo ya habían sanado casi por completo pero admitía que aún no estaba totalmente repuesto.

Para Ikki tenía cierta lógica aquello, la batalla contra Hades y su ejército había sido devastadora física y emocionalmente. Por Shun, por sus amigos, por los Caballeros Dorados, por Athena, por Pandora...

Esa mujer. ¿Hacía cuánto no miraba a una mujer así? ¿Hacía cuánto que no deseaba a alguien de esa manera?, se preguntó el Caballero de Bronce mientras veía ya el fondo de la botella.

De pronto, una mujer se le aproximó. Ikki la había notado desde que llegó al pequeño bar, pues ella le lanzaba furtivas miradas que él sólo ignoraba.

-Hola- le dijo la desconocida.

-Buenas noches- dijo él sin mirarla al tiempo que sacaba de su bolsillo unas monedas y las dejaba en la barra.

-¿Ya te vas? No te gustaría tomar una más conmigo - la mujer hizo una pausa y agregó con una voz suave y seductora- y después, no sé, ver qué pasa.

-Estoy ocupado y llevo prisa- respondió aún sin dirigirle una mirada.

Se puso de pie, dio un paso y la insistente mujer lo tomó por el brazo- Espera, te he observado por largo rato y sé que estás solo ¿No preferirías compañía aunque sea por esta noche?

Respiró profundo y soltó el aire para por fin mirarla- Prefiero estar solo, y créame, dudo que pueda darme algo que necesite. Todo lo que deseé tener ya lo tuve, aunque sea una vez.

Se fue de ahí. No le importó si pareció arrogante o grosero, sólo había sido honesto. Esos encuentros casuales con cualquier mujer ya estaban demás; sentía que como hombre no le hacía falta nada. No cuando ya había amado con todos los sentidos.

Salió del lugar y se encontró con una noche lluviosa. No intentó correr para resguardarse ni siquiera cubrirse un poco. En realidad, a Ikki la lluvia le parecía algo fascinante, un evento que jamás se presentó en la Isla de la Reina Muerte.

¿Qué pensaría ella si hubiese visto llover?- pensó con un sonrisa que no se parecía en nada a un gesto alegre. Y mientras una nostalgia lo invadía y por todo su atlético cuerpo el agua lo envolvía, pensó en Esmeralda.

La imaginó en un escenario como ese. Riendo y jugueteando bajo la lluvia; saltando entre los charcos como una niña que está descubriendo por primera vez ese clima tan refrescante.

Casi podía ver cómo el agua ceñía su vestido a su frágil cuerpo, marcando cada detalle de su fisonomía. Cada parte de ella tan expuesta y húmeda. Como aquella única vez.

Era uno de sus secretos, un íntimo recuerdo. Esmeralda y él, juntos, solos, siendo uno mismo.

El Caballero de Fénix caminó bajo la lluvia mientras su mente recordaba todo.

Habían sido tiempos muy duros, los brutales entrenamientos cualquier día podrían matarlo. Sólo dos cosas lo aferraban a continuar: reencontrarse con Shun y el amor que profesaba a Esmeralda.

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