Estábamos en el lago disfrutando del sol y de las ocurrencias de James que tanto me gustaban.
Escuchamos unas pisadas cerca y dejamos de hablar para prestar atención de quien era.
Un grupo de 3 chicos y 4 chicas que rondaban nuestra edad, estaban colocándose a lado de nosotros.
Se notaba la energía que desbordaban todos, tan unidos y felices.
Cuando mis ojos chocaron con unos que juraría que tenía el cielo en ellos.
Con pecas en su rostro como pequeñas estrellas, labios gruesos y delicados, cabello cobrizo y rizado.
Tan única.