Misterios en Winter

4 1 0
                                    

Comenzaba la segunda semana de clase y no podía estar más cansada que nunca, en esta escuela ni te dejan respirar con todas las tareas y proyectos que nos asignan. Pensar en lo que traía el estudiar en Winter era exasperante, nunca me imaginé tener una vida llena de libros, ansiedad y estrés por reprobar o incluso, el misterio que guardaban las paredes de ese lugar. Todo era demasiado para una chica de 18 años, aunque suene un poco dramático pero la verdad es que en mi vieja escuela no era así, todo era más ligero como para que los estudiantes comprendieran mejor, por así decirlo éramos unos simios, podíamos pensar y razonar, pero en estas cuatro paredes o como a un adolescente cualquiera todos sabemos que eso nunca es suficiente, lo que importa es que resaltes, que apruebes todas tus clases y por supuesto, tener solo sobresalientes, eso "definirá tu inteligencia", es absurdo la verdad, yo no creo que obtener la nota máxima signifique ser inteligente, tampoco es que no lo seas, simplemente que hay muchas maneras de demostrarte a ti mismo y si quieres al mundo de que eres inteligente, por ejemplo, yo me considero inteligente al dibujo y la historia, son dos cosas que me apasionan porque para mí una transmite mi forma de ver el mundo y la otra ya las ha vivido o puede vivirlas, todo depende de nosotros. A como dije, todos tenemos una manera de ser inteligentes, eso nos hace únicos.

Era graciosa la situación en la que me encontraba, iba a toda velocidad en mi bici que incluso creo que de vez en cuando quemaba un poco mis llantas por los frenazos que daba cada que se me atravesaba alguien o iba a dar una vuelta, además tenía una rodaja de pan en la boca, ya saben uno tiene que salir de su casa siempre bien desayunado, tenía los pelos en la cara que me dificultaba mucho ver y no podía comer mi pan tranquila sin que un cabello se me atravesara, todo esto me pasaba porque siempre me agarraba la tarde, era increíble que viviera cerca pero por perezosa siempre iba tarde.

Por fin llegué a la escuela, dejé protegida mi bici para que ningún malandro, alias algún estudiante que se crea muy inteligente como para si quiera intentar robar mi bici en un área con muchas cámaras de seguridad intente robarla. Salí como pedo de mula buscando mi salón, tenía que llegar antes que el profesor sino cerrarían la puerta y como estúpida quedaría afuera, lo bueno es que no les avisan a tus padres, lo malo era que cuando me tocara de nuevo esa clase tenía que entregar un informe con lo que se recibió en la clase que no asistí. ¿Cómo se supone que alguien podría hacer eso? Pues, ese era tu problema.

En lo que iba corriendo noté que casi no había estudiantes por los pasillos, por obvias razones tenía que apresurar mi paso, pero mi otra yo, ya saben la chismosa, no pudo evitar detenerse al haber escuchado susurros y risas en uno de los corredores, quise no prestar mucha atención porque pues no era tan raro que digamos, pero lo que sí hizo que me parara en seco fue escuchar la voz de una chica.

- Ya saben lo que hay que hacer, ¿no? Ella no cumplió, por lo tanto, no podemos dejarla hacer lo que se le da la gana. Tenemos que hacer que se quiera unir a algún club, deporte o algo, solo para que cumpla. Aunque si nada de esto sirve, recurriremos al plan B.

- ¿Estás segura? ¿No crees que puede ser muy peligroso?

- Por favor Melissa, deja de actuar como una inocente o acaso, ¿ya se te olvidó lo que le hiciste a la chica de la última vez? Exacto, sabes que ella merece lo mismo, aunque esta vez le daremos una oportunidad antes y si no la aprovecha tendrá que enfrentarse a nosotras. Así que prepárense, hoy Athena Vitale cumplirá su tradición.

Me quedé paralizada por unos minutos, al final de algo me sirve ser chismosa. Pero el problema era que no sabía el por qué importaba tanto cumplir una tonta tradición. Necesita hacerle unas preguntas a Jul cuanto antes, lo bueno era que nos tocaba la misma clase en el primer periodo. Cuando llegué al salón pude notar que tenía mucha suerte, el profesor se había atrasado y mandó a avisar que no podría llegar, pero dejó a un chico encargado para que nos dé un folleto con las indicaciones de la clase, la tarea a realizar y todo lo que necesitábamos. Realmente me sorprendía que dieran esto si se ausentaban o llegaban tarde, en mi antigua escuela solo nos alegrábamos y salíamos corriendo como que si el chico que estuviera en el centro de la clase se tirara un pedo y esta fuera una bomba atómica.

Athena VitaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora