Prólogo

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Dicen que sólo conocemos una vez al amor de nuestras vidas y que a lo largo de los años nos empezamos a cuestionar quién ha sido ese gran amor realmente; quién ha llenado hasta los vacíos invisibles; quién se ha preocupado por dar todo de sí mismo y por hacernos sentir únicos.

Un día conocemos a alguien y el tiempo nos da a entender que quizá esa persona podría ser el amor de nuestras vidas, pero de repente se va y aparece otra persona que también nos hace cuestionarnos lo mismo. Pronto nos encontramos con una interrogante: ¿verdaderamente nos hemos topado con un ser tan inmensamente especial como para recibir dicho título? Una vez que tenemos la entera certeza de que ha aparecido, podemos o no tener la suerte de pasar el resto de nuestros días a su lado. Pero si eso no ocurre, no lo olvidamos; aparecen constantemente recuerdos acerca de lo vivido con ese personaje. Lo atesoramos como lo más hermoso y lo más preciado.

A pesar de que no volvemos a cruzarnos con ese alguien, notamos que no nos equivocamos, sólo que hay amores que no están destinados a ser, pero sí a adorarse toda la vida.

Siempre has sido túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora