A DEAL IS A DEAL (LARRY / LILO VERSION) Pendiente De Edición

2. Despertando a Louis

Capítulo 2: Despertando a Louis

Louis despertó esa mañana descansado y de muy buen humor. Lo primero que hizo fue abrir las cortinas de par en par para que la luz iluminara su habitación, automáticamente sus ojos fueron a parar a su mesita de noche dónde yacían las llaves de su nuevo coche. Más feliz que nunca fue a su armario para elegir un conjunto genial y atrevido y salió al salón dónde lo esperaba su madre con el desayuno en la mesa.

-Buenos días mamá- saludó con una sonrisa.

-Buenos días, cariño- Jay desapareció un momento por la cocina y trajo una jarra de zumo de naranja recién exprimido.

-¿Qué tal estuvo tu día ayer?- preguntó mientras colocaba un par de tortitas en cada plato -No pude preguntarte porque me fui a la cama muy temprano.

-Bastante bien, gracias. Me trajeron un precioso vestido de Chanel al que un gato le había puesto las zarpas encima, era un básico negro, y se ve que la dueña le tenía mucho afecto pero no sé si voy a ser capaz de arreglarlo.

-Me encantan esos vestidos,son muy bonitos y tienen mucha clase- Jay asintió con la boca llena.

-Y hablando de cosas bonitas- Jay tragó antes de continuar -Cuando llegué había un Lamborghini aparcado justo al lado de mi coche- dijo emocionada -¿Puedes creerlo, Lou? ¿Quién en este edificio puede permitirse un coche de ese calibre?

Louis se atragantó con un trozo de fruta. Era ahora o nunca. Tenía que explicarle a su madre que esa preciosidad era suya y todavía no había pensado en una excusa creíble.

-Emm... mamá. Tengo que decirte algo- Jay lo miró con atención -El coche es mío- dijo finalmente.

-¿Cómo que tuyo?- lo miró desconcertada -¿Algún amigo te lo prestó?

-No, es mío. De mi propiedad, desde ayer- su madre no dijo nada -¡Ya tengo coche! No hace falta que vaya en metro al instituto ¿No es genial?- preguntó Louis fingiendo una sonrisa.

-Lou, no lo entiendo, vas a tener que contarme algo más porque no tiene ningún sentido que tengas un coche de más de trescientos mil dólares de la noche a la mañana- Jay se notaba alterada. El cerebro de Louis trabajó a toda velocidad y dijo lo primero que se le ocurrió.

-Lo he pagado con las propinas de los fines de semana- cuándo lo dijo supo que no cuadraba, faltaba proporcionar un poco más de información -Y ya te dije que en los cáterins pagan extraordinariamente bien, algunos domingos me llamaron.

-¿Y por qué yo no sabía nada de eso? Es la primera noticia que tengo- su madre lo miraba con los ojos entrecerrados. Louis tragó saliva.

-Todavía no está pagado del todo- se apresuró a decir -La mayor parte sí pero me quedan muchos meses para terminar de pagarlo.

-¿No podías haber elegido algo más barato?- Jay alzó una ceja no del todo convencida.

-Me encanta ese coche y he trabajado muy duro para conseguirlo- Louis al decir eso se dio cuenta de que no era del todo falso -Si quieres algún día te lo presto- intentó desviar un poco la conversación.

-Vaya, gracias cariño- respondió asintiendo. Vio que su hijo evitaba un poco su mirada. No tuvo más remedio que creer a Louis pero si hubiera sabido que trabajando de camarera podría permitirse un lujo así, ella misma habría cambiado de trabajo. Algo no le cuadraba pero por el momento decidió no insistir.

Louis cogió sus libros, se despidió de su madre y se encaminó al instituto. Cuándo se encontraba parado en un atasco encendió la radio para distraerse. Sabía que era mucho más lento ir en coche que en metro, que tendría que salir de casa mucho antes para llegar a tiempo a sus clases pero prefería madrugar y estar calentito en su coche y con música que tener que coger el metro y estar rodeado de gente desconocida, ruidosa y alguna muy poco higiénica.