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Golpeó dos

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Golpeó dos.

Tres.

Cuatro.

Nada, nada.

Hyunggu no respondía a sus llamados en la puerta y parecía estar ignorándolo.

—¡Por favor, Hyunggu, abre, quiero hablar contigo!— pidió, pegado contra la puerta.

Nada.

Golpeó desesperadamente una vez más. Sintió, entonces, que estaba haciendo el ridículo.

—Oye, oye, oye, Yuto— una voz detrás suyo lo exaltó. —Cálmate, vas a tirar la puerta abajo.

—¡Jinho! ¿Viste a Hyunggu? ¿Está ahí? ¿Él está bien? ¿Te dijo algo de mí?— habló rápido, sin dejar respirar al pobre vecino de su ex, que cargaba con unas bolsas de compra.

—¿Qué?— soltó Jinho confundido.

—Hyunggu. ¿Dónde está él? ¿Lo sabes?

Negó.
—Hoy salió con Shinwon, pero parece que aún no ha vuelto.

Sí, estaba haciendo el ridículo.

Hyunggu ya ni se molestaba en pensar en él, estaba ocupado haciendo su propia vida.

Lo mejor era olvidarlo.

—Si lo veo, le diré que estuviste aquí— decia Jinho mientras abría la puerta de su propio apartamento que estaba al lado del de Hyunggu.

—No, no se lo digas, por favor.

Miró una última vez la puerta de lo que alguna vez fue el amor de su vida y se fue.

Yuto se rindió.

 

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rome | yuki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora