50 días de la OTP [AkuAtsu]

Día 02: Pleito sin sentido

—¡Es un gran necio, un estúpido engreído, egoísta y caprichoso! —fue lo primero que se oyó en el interior de la Agencia Armada de Detectives por parte de Atsushi apenas éste abrió la puerta con su entrecejo fruncido, sus músculos tensos y la clara señal de que estaba molesto.

—¿Un payaso vanidoso? —preguntó Dazai entonces con una sonrisa divertida, pues ver a su pupilo en esa faceta no era algo que se pudiese apreciar todos los días.

—¡Dazai tú no le sigas, y Atsushi, lo que sea que haya pasado déjalo para tus horas fuera del trabajo! —gritó Kunikida tratando de conservar el ambiente tranquilo que hasta ese momento milagrosamente se había mantenido en la agencia.

—Oh, ¿qué fue lo que hizo Akutagawa ésta vez? —pero qué difícil era mantenerlo cuando había miembros de la misma intentando romperlo.

Aunque Kunikida tampoco podía enfadarse del todo, pues quien había preguntado aquello no era otro más que Kenji, y con él no podía, pues sabía que si el chico preguntaba era gracias a su curiosidad e ingenuidad y no adrede para molestarlo.

No como haría el bastardo y suicida de Dazai al menos.

—¡A-Ah, ese idiota no tiene nada que ver! —gritó Atsushi menos enojado, pero más alarmado ahora que el rubio había mencionado directamente a la causa de sus recientes problemas.

¿Cómo lo supo, de todas formas?

Se suponía que nadie debía saber el tipo de relación que mantenía él con el mafioso.

Pero pobre, lento y crédulo Atsushi, por pensar que el resto siendo que eran detectives no se darían cuenta de lo que estaba pasando tiempo atrás cuando todo comenzó, e incluso, algunos puede que lo hubiesen visto venir desde antes de que sucediera.

—¡Claro que tiene todo que ver, Atsushi-kun! —Dazai por ejemplo, era uno de los pocos que lo había visto venir, o mejor dicho, era quien provocó e incentivó a que ambos jóvenes se acercasen mutuamente para empezar— Ya que es por algo que hizo tu noviecito secreto de la Port Mafia que estás molesto, ¿o me equivoco?

—¡D-Dazai-san, n-no diga eso! —gritó ahora sí, un nervioso Atsushi, perdiendo por completo la molestia que sentía para entonces sumirse de lleno en la vergüenza que ser descubierto le generó, a la vez que temblaba un tanto asustado de lo que fueran a decirle al respecto.

¿Tendría que dejar la agencia? ¿Quizás elegir un bando? ¿Tal vez ninguna y terminar aquella extraña pero adorada relación que mantenía con su querido novio mafioso y asmático?

De sólo pensar en eso sentía que se iba a desmayar.

—¿Mhm? ¿Qué cosa, qué tienes novio? No es como si no supiéramos que te gustan los hombres, y en especial los sin cejas —contestó entonces el castaño con tranquilidad, alzándose de hombros para restarle importancia al asunto.