Capítulo 3

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Lyla García:

-¿Y bien? ¿Qué coño queréis? - Dijo él, yo aún no lo miraba, pero sentía de vez en cuando su mirada en mí.

Me sorprendí al escuchar su voz, era muy grave.

-Supernintendo - Intenté no reírme pero mi hermano, Horacio y Rogelio lo hicieron.

-Superintendente - Le corrigió.

-¿Se acuerda que a cambio de proporcionarle información de cierta persona me haría el favor de hacerle las pruebas de policía a mi amiga?

-Para no acordarme, intentaste venderme una de tus cabras - Vi que Rogelio le miró ofendido.

-Bueno, pues mi amiga es ella - Me señaló.

Yo levanté la mirada y me di cuenta de que era bastante atractivo a pesar de sus ya notables canas, las cuales parecía que intentaba disimular poniéndose el pelo de esa manera.

Nuestras miradas en el contrario iban de arriba hacia abajo. No parecía pasar de los 30 y pico. Como mucho tendría unos 35.

-Bien. Nombre y apellidos - Me ordenó, he de admitir que me puse nerviosa.

-Lyla García - Desvié la mirada.

-Bien, muñeca. Necesito que rellenes estos papeles - Yo me lo quedé mirando, ¿quién coño se creía para llamarme muñeca? -¿Qué coño miras?

-Me llamo Lyla, no muñeca.

-Eso a mi me da igual.

-¿Entonces a usted le da igual que le llame superdeficiente? -Me crucé de brazos. Los demás parecían sorprenderse, no entendía porque.

-Claro muñeca, si no quieres que te haga las pruebas me puedes llamar así - Hice una mueca y rodé los ojos.

Asentí de mala gana por como estaba siendo.

-Bien, empezaremos con los códigos. Volkov y yo te preguntaremos algunos códigos y tú nos dirás qué significan.

Volví a asentir.

Pasamos una hora donde me preguntaban los códigos, los cuales correspondía correctamente. Sin fallar ni uno.

Luego pasamos a hacer un falso atraco donde yo era policía junto a Volkov y Gustabo, mientras que el superintendente era el atracador y los otros 3 los rehenes.

-Señorita, tenemos hora para ver una película, ¿podría darse prisa? - Dijo Rogelio.

-Callate capullo - Dijo el superintendente.

-Joder que humitos los del superverga ardiente - Dijo a lo bajo Segismundo, yo reí y el superintendente se giró sacando la porra - Vale vale, ya me callo.

-Hola agentes, ¿podrían sacarme a mi primero? - Dijo Horacio mirando en especial a Volkov.

-Depende de si el atracador quiere - Contestó este.

-Pero bueno, tendrás que esperar tu turno - Soltó el gallego calvo.

-¿Quién va a negociar? - Preguntó el Superintendente, ignorando a estos.

-Negocie usted Lyla - Me dijo el comisario, a lo que yo asentí.

-Bien, por el primer rehén quiero que los obstáculos los quiten - dijo con una voz de chorvo.

-Solo puedo quitarle los pinchos y barreras - Me crucé de brazos.

-Bueno, me sirve. Por el segundo quiero que no se me toque el puto coche.

"Muñeca" Superintendente x lectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora