Parte 5 (2/3)

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Voldemort se encontraba en la sala de la mansión, acompañado por Nagini y Gabrielle. Ya llevaba una hora en silencio,pensando, cuando Lucius se adentró en la gran sala.

-Mí señor, Bode se está recuperando rápidamente en San Mungo -Informó

-Elimínalo, no podemos darnos el lujo de dejar cabos sueltos- Ordenó acariciando a Nagini

-Sí, mi señor- Obedeció Lucius tras una reverencia y desapareció

-Gabrielle, tráeme a Rookwoodd- Ordenó con un tono serio

Gabrielle llamó a Roockwood y le pareció que este palidecía y empezaba a sudar, siguió inseguro a Gabrielle, claramente asustado, hasta la gran sala de la mansión.

- ¿Q...quería ver...verme, m...mí señor? -Preguntó atemorizado, mirando al suelo

-Al parecer me han aconsejado mal...- Comentó lleno de ira

-Le ruego me perdone amo- Imploró angustiado el mortífago, que aún no se atrevía a mirar a Voldemort

-No te culpo a ti Roockwood- Afirmó acercándose al mortífago para verlo mejor - ¿Estás seguro de lo que dices? -Preguntó cautelosamente

-Sí mi señor, sí... Yo trabajé en el departamento de misterios después... después de todo...

-Avery me había dicho que Bode podía sacarla de allí- Insinuó con voz fría

-Bode jamás habría podido tomarla, amo... Bode debía saber que no podía...Sin duda fue por eso por lo que se defendió tanto contra la maldición imperius que le echó Malfoy

-Has hecho bien en contármelo. Por lo visto he malgastado meses urdiendo planes inútiles- Comentó algo impaciente, claramente disgustado -No importa, volveremos a empezar-Anunció algo más calmado -Cuentas con la gratitud de Lord Voldemort, Roockwood-

Al escuchar esas palabras, el mortífago miró a Voldemort por primera vez en la conversación, con un hilo de alegría y había dejado de temblar -Sí, mi señor- Aceptó aliviado

-Necesito toda la información que puedas conseguir- Ordenó nuevamente, a lo que el mortífago asintió repetitivamente

-Por supuesto mi señor, haría cualquier cosa...-

-Muy bien, ya puedes irte. Llámame a Avery- Demandó

El mortífago hizo una reverencia y salió de la oscura sala, minutos después, se adentró otro mortífago

- ¿Q...Quería verme, mí señor? -Preguntó algo angustiado

-Roockwood acaba de informarme que Bode nunca hubiera podido tomar la profecía...-

-Mi señor... -Intentó explicarse angustiado

- ¿Bode mencionó algo antes de que Lucius lo hechizara?

-No, mi señor- Negó rotundamente

-Mientes- Afirmó con un tono despectivo, Gabrielle divisó unas gotas de sudor en el cuello del mortífago

- ¡Perdóneme amo!- Exclamó con pánico -Bode dijo que no podría... que algo le pasaría -Exclamó en llanto -Pensamos que eran excusas para impedir que lo maldijéramos- Se excusó cubriendo su cara con las manos

- Me has fallado, Avery –

-No era mi intención amo.... Y...yo... no sabía- Intentó explicarse aterrado el mortífago, cuando Voldemort apuntó su varita al mago

- ¡Crucio! -Maldijo, causando que la mansión se llenara de los gritos despavoridos del mortífago

-Que eso te recuerde no volver a fallarme- Advirtió tras unas maldiciones, dejando al mortífago retorcijándose y quejándose del dolor en el suelo

Los últimos meses habían estado ideando nuevos planes para la operación con la que conseguirían la profecía, Voldemort se la pasaba encerrado pensando y Lucius no salía del ministerio, intentando conseguir información y analizar el departamento de misterios.

Voldemort se sentía impaciente, había contado conque Potter se sintiera curioso por sus visiones e intentara ir por la profecía, pero aquello seguía sin suceder tras meses de experimentar sus visiones.

Finalmente decidió cambiar esas visiones, por una menos realista, pero más inquietante para Potter, contando con que el niño no resistiría intentar salvar a Sirius Black, gracias a la información que le brindaba Kreacher, el elfo doméstico de los Black.

Finalmente llevaron a cabo el plan, y Potter había soñado lo que el señor oscuro quiso que soñara; Él torturando y amenazando a Sirius Black, el traidor de la sangre que era padrino de Harry Potter.

-Potter irá al ministerio, probablemente con sus amigos- Anunció -Deben esperar a que Potter coja la profecía y luego los emboscarán-Ordenó Voldemort mirando a los mortífagos -Confío en que podrán contra un grupo de niñatos- Comentó con una risa -Pero no olviden, Potter es mío-

Todos los mortífagos lo escuchaban atentos, como si su vida dependiera de que aquel plan saliera bien.

-Lucius, le quitarás la profecía, no me importa cómo. Pero la profecía no puede sufrir daños- Anunció en un tono amenazador -Mato a Potter y nos vamos antes de que los trabajadores del ministerio lleguen- Explicó

- ¿Hay posibilidades de que Dumbledore aparezca, mi señor? -Preguntó Dolohov

Tras un silencio, Voldemort respondió -No, no se aparecerá en el ministerio ahora que es un fugitivo-

Gabrielle se hallaba en el departamento de misterios, junto con sus compañeros mortífagos, ocultos, esperando a Potter. Hasta que finalmente escucharon varios pasos acercándose a la ubicación de la profecía. Todos los mortífagos, ocultos por sus capas y máscaras (incluida ella) esperaban expectantes a que Potter cogiera la brillante esfera de cristal.

Gabrielle divisó a un chico pelirrojo con pecas, que observaba la profecía y anunció en voz alta - ¡Harry! Esta lleva tu nombre-

Ahora divisaba a Potter acercándose a la profecía, para poder leer su etiqueta, todos los compañeros de la pelirroja se alertaron a cualquier movimiento que pudiera realizar el muchacho.

- ¿Qué es? -Volvió a hablar el pelirrojo

- ¿No saben qué es la profecía? - Se preguntó Gabrielle confundida

 Voldemort había asumido que Dumbledore sería completamente honesto con el muchacho... eso explicaba por qué Potter no se había interesado por ir allá antes.

-Creo que no deberías tocarla Harry- Se escuchó una tercera persona, divisó a una chica de pelo castaño crespo, bastante alborotado

-Tiene algo que ver conmigo ¿no? -Cuestionó el pelinegro

-Eso es Potter, vamos, cógela...- Pensaba Gabrielle observando fijamente los movimientos del muchacho

-No lo hagas Harry- Escuchó una cuarta voz ¿cuántos amigos tenía Potter?

Logró divisar al dueño de la cuarta voz, un muchacho un poco regordete, de pelo negro y ojos oscuros.

-Y lleva mi nombre- Siguió insistiendo Potter

-Vamos, sabes que quieres hacerlo- Insistió Gabrielle en su mente observando al muchacho -Cógela-

Finalmente, Harry agarró la profecía y los mortífagos rodearon al grupo de niños, Gabrielle divisó unos nueve niños... al parecer Potter era famoso. Pero no podía evitar sentir que los conocía, como le había pasado con el guardia de azkaban, incluso, el sentimiento con algunos de ellos era más fuerte.

Además de los cuatro muchachos que había visto, había tres chicas; una mona ojiazul, una pelirroja bastante parecida al pelirrojo y una pelinegra ojiazul, también había dos chicos más; uno castaño casi mono de ojos cafes y uno pelinegro ojiverde.

-Muy bien Potter, ahora date la vuelta muy despacio y dame la profecía- Ordenó Lucius, ganando la atención de toda la sala

La heredera de Gryffindor [5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora