Relato 2: ENCUENTRO CERCANO

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ENCUENTRO CERCANO

Este relato, paso cerca de la ciudad de Huatusco, en el estado de Veracruz, México, habíamos asistido a una fiesta familiar, en la ciudad de Xalapa y terminando salimos a las 8 de la noche con dirección a la ciudad de Orizaba, yo tenia 9 años y viajábamos en el carro de mi padre, quien era el conductor esa noche, mi madre se ubicaba en el asiento en delantero, mis dos hermanos de 8 y 6 años y mi primo de 13 años, el viaje es de 4 horas, sin imaginar  que una fuerte tromba cayo casi a la mitad del camino y aunado a la neblina típica de la zona, era muy difícil el manejar rápido por esa carretera obscura, prácticamente no se podía ver a más de 5 metros de distancia.
Mi hermano, el más pequeño, comenzó con un llanto intenso ya que le dolía la muela por haber comido mucho dulce proveniente de la piñata, por lo que mi madre decidió pasarlo al asiento delantero, con ella, por lo que teníamos más espacio atrás, donde a pesar del cansancio íbamos despiertos pues mi hermano no dejaba de chillar.

De pronto el agua que empapaba los vidrios del auto, dejó de caer en él, fue muy extraño ya que  afuera, en los matorrales se veía que la lluvia seguía cayendo, incluso se podía escuchar el ruido de aquella tormenta, toda la familia estaba impactada de ver el aguacero fuera pero no ver ni una sola gota en el parabrisas del carro.

De pronto, se encendió una luz, muy brillante, como si una gran lámpara alumbrar el auto en su totalidad.

Mi padre menciono que era un helicóptero, que nos estaba alumbrando desde arriba, pues tal vez, había un accidente más adelante, producto de la mala condición climática, por lo que bajo aún más la velocidad, lo extraño era que no se escuchaba el ruido que provoca el motor o las hélices de este aparato, en ese momento el llanto de mi hermano de 6 años cesó por completo, al grado de quedarse dormido, todos experimentamos algo de sueño, mi mamá dijo que no era un helicóptero, por lo ya antes mencionado, la curiosidad me gano y me coloque en una posición incomoda pero logre asomarme por el vidrio trasero donde se ubica la cajuela y me sorprendí muchísimo, es un recuerdo que no se me borrará de la mente, al ver un aparato gigantesco estar arriba de nosotros, por lo menos a una altura de 30 metros y pude distinguir mi cara que se reflejaba junto con toda la parte superior de mi carro, grite que era una nave y mi hermana de 8 y mi primo de 13 años hicieron lo mismo que yo, todos nos veíamos en ese espejo gigante.

La forma que tenía era como la de un rombo pero formado con espejos, como mosaicos (material de los pisos de las casas) de donde salía esa intensa luz que nos dejaba algo ciegos.

Ese fenómeno, nos acompañó por la carretera por 5 minutos aproximadamente, tal vez más, mi padre decidió no pararse y pisar el acelerador para dejarlo atrás, cosa que no sucedió, viajaba a la misma velocidad que nuestro tsuru.

Así como llegó se fue, la luz se apago y la tromba volvió a caer en nuestros cristales, nunca encontramos ninguna explicación, ni un posible accidente en la carretera, hasta la fecha todos recordamos ese hecho sucedido, que aún se me eriza la piel pensando en que pudiera haber sido un encuentro extraterrestre.

Traté de buscar alguna imagen parecida por Internet y esta fue la única que se acerca (por la forma de las luces) a mi descripción.

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