💦👅Janet Gardner y Roxie Petrucci👅💦

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Janet permanecía sentada frente a la barra de aquel pub

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Janet permanecía sentada frente a la barra de aquel pub. Tranquila, bebía del vaso de ron con cola que se acababa de pedir, disfrutando del embriagador poder que el alcohol poseía. La música sonaba suave y las animadas voces del resto de personas sonaban con intensidad, dándole un toque animado al ambiente. Miró a su alrededor, observando como todo el mundo se lo pasaba bien. Veía pequeños grupos de gente hablando animadamente en las mesas. También había algunas parejas, lo cual le generó un pequeño malestar. Volvió la vista a la barra y decidió tomar un poco más de su bebida para conseguir serenarse. El camarero pasó por su lado, obsequiándole una simpática sonrisa que ella le replicó. Volvió a mirar a su alrededor, notándose algo más alborotada de lo que deseaba. Se sentía bastante intimidada por todo aquel lugar, por más que intentase no estarlo.

La chica de veintisiete años de edad se encontraba en aquel pub con intención de ligar con alguien esa noche. Mañana mismo tendría una reunión con su discográfica para conocer a la cuarta integrante de su grupo. Necesitaba relajarse una noche con un par de orgasmos satisfactorios para afrontar lo que se le avevinaba. El camarero le preguntó si quería algo más, pero ella le dijo que no hacía falta. Por un momento, se lo quedó mirando, sopesando la posibilidad de intentarlo con él. Era agradable y guapo, no lo consideraba mala opción, aunque luego se dijo que el pobre trabajaría por toda la noche y no pensaba esperar tanto tiempo, así que lo descartó. Frustrada, apuró lo que le quedaba de la copa y siguió vigilando el local, a la espera de detectar alguna presa.

El tiempo pasaba y por más que buscase, no hallaba a alguien ideal. Todo hombre que veía, o bien iba con su novia o con su grupo de amigos. Pensó en dejar que ellos se acercasen, pero tampoco le apetecía verse rodeada de babosos. Pidió al camarero otro ron con cola. Era lo único que bebía cuando salía de fiesta y se había acostumbrado tanto a su sabor que ya nadie la sacaba de ahí. Se había convertido en una persona de costumbres y rutinas, algo normal tras su largo noviazgo, y pensaba que el único modo de liberarse sería con algo rompedor y fuera de lo común.

Bebió con profusión, deseando que el alcohol la ayudase a sobrellevar mejor esta aciaga noche, cuando escuchó como alguien se sentaba a su derecha. Aun sosteniendo el frio y tambaleante vaso en su mano, Janet se giró, interesada por ver quién sería su acompañante. Fue entonces cuando todo su cuerpo se paralizó. Ante ella, tenía el par de ojos más hermosos que jamás había visto. De color oscuro, la observaban con grata curiosidad. Quedó muy impactada ante tan increíble hallazgo, pero lo peor, no era eso. Lo que más le importunaba era a quien pertenecían tan arrebatadores orbes. Su dueño era una mujer.

-Muy buenas -saludó, derrochando mucha simpatía-. ¿Te importa si me coloco aquí?

No le dijo nada. Seguía hipnotizada ante la hermosa visión que emanaba de tan increíble dama. ¿Por qué estaba así? Nunca había mostrado el más mínimo interés en el sexo femenino y, de repente, no le quitaba el ojo a esa chica que recién acababa de aparecer. Mientras seguía admirándola sin reparo alguno, la recién llegada saludó con encanto al camarero, quedando muy impresionado al verla.

One night only with [RELATOS ERÓTICOS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora