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-¿Q-Qué cosa? -carraspee un poco mi garganta

-Que se agite tu respiración cuando te beso y que suspires en mi odio -se lamió los labios

Sonreí y estampé suavemente mis manos en sus mejillas para acercarlo a mí y besarlo. Deslizo sus manos a los costados de mi cuerpo, desde mis caderas, subiendo por mis costados, pasando por mi cintura, un simple movimiento para manosearme y para aprovechar a quitarme la camisa.

-¿Quieres un bebé ahora? –preguntó con una sonrisa

-No, ahora no –sonreí

-¿Por qué no?

-Porque ahora no, los dos somos muy inmaduros para tener un bebé y aún tenemos que arreglar algunas cosas de nuestras vidas

-Bien... pídemelo cuando quieras –bajó a mi cuello y dejó algunos besos –estaré feliz de cumplir tu deseo

-Si claro

Me gustaba sentir como clavaba sus dedos en mi piel. Dejé de estar abajo y lo hice girar en la cama para quedar encima de él para de ese modo tener más comodidad y quitarle la ropa para después con mis dedos hacerlos caminar como piernitas por su abdomen, haciéndole cosquillas y quejarse un poco.

Besé su cuello y de vez en cuando dejaba dos que tres mordidas suaves en sus hombros.

Por la mañana, se me hizo tarde después de quedarme dormida. Nos dormimos muy tarde y estas fueron las consecuencias.

Yoongi me acompaño al trabajo y me dejó hacer mis cosas mientras él entraba a la oficina de la dueña para hablar con ella.

-Oye –una de mis compañeras me llamó desde el otro lado del mostrador, del lado de los clientes -¿Quién es el chico apuesto que entro a la oficina de la jefa?

-¿Qué tiene de apuesto?

-No me digas que no lo viste ¡Entro detrás de ti! ¿Lo conoces?

-Puede ser

-¿Quién es?

-Es...

La puerta de la oficina se abrió y de ella salieron ellos dos, la jefa le daba la mano con una sonrisa en los labios mientras que Yoongi intentaba también sonreírle, aunque me daba más risa a mi porque sabía que quería terminar con esto lo antes posible.

Al final, Yoongi solo me miró y me dio una sonrisa que le respondí claramente y en cuanto él se fue y la jefa regresó a su oficina, llamó al gerente de inmediato, quien era un chico en su último año de universidad. Era un chico agradable.

Todos nos enfocamos en atender a los clientes que habían llegado mientras estábamos pendientes del momento en que él saliera.

Si Yoongi no consiguió lo que quería, porque claramente vino a comprar la cafetería, seguro abrirá una él mismo.

Después de unos minutos, él salió y discretamente se nos acerco a los que estábamos cobrando y preparando.

-¿Qué paso? –preguntó uno de los otros chicos

-El chico que vino, compró la cafetería

Lo consiguió.

Sonreí por lo bajo.

-¿Qué pasará con la jefa?

-¿Pues qué más? En cuanto el trato termine, ella dejará de ser la jefa y ese chico será el nuevo jefe

-Jessa lo conoce –llegó la chica y dejó la charola donde se había llevado los pedidos sobre el mostrador para que la llenaran con los siguientes pedidos

Todos me miraron.

-¿De dónde lo conoces? –preguntó otra chica

-ah... jajaja... él... es mi novio –sonreí

-¡¿Tu novio?!

-S-Sí

-Entonces... ¿Serás la nueva gerente?

El chico que ahora mismo era gerente, me miró preocupado.

-Chicos, chicos. El hecho de que el nuevo jefe sea mi novio, no quiere decir que eso me va a dar beneficios ¿Entienden? Él es una persona profesional, en el trabajo seremos empleada – jefe. Conseguiré mis logros con base a mi esfuerzo. Así que no se preocupen, todo será igual y espero que entre nosotros las cosas sigan siendo normal

Creo que no se sintieron cómodos del todo, pero, si las cosas no son como antes, renunciare. No es como que me haya encariñado con ellos, así que si me siento incomoda supongo que tomaré el lugar de Yoongi, no creo que a él le guste mucho atender una cafetería, además tiene que atender el trabajo familiar.

El resto de mi día los chicos actuaron un poco diferentes, me trataban con un poco más de educación, lo que me hizo molestar un poco, pero, esperemos a ver cómo se desarrollan las cosas.

Yoongi

20 minutos antes de que Jessa saliera del trabajo, dejé las cosas que estaba haciendo y subí al auto para ir por ella.

La miré desde el otro lado de la calle hasta que terminó de hacer sus deberes y salió. Se despidió de sus compañeros y cruzo la calle con una sonrisa en los labios que me hizo sonreír a mí también.

-Hola –entró al auto y me dio un beso en los labios

-Hola

-¿Compraste la cafetería?

-Sí

Ella solo sonrió un poco.

-¿Tiene algo de malo?

-Que mis compañeros ahora me tratan con más respeto solo porque saben que soy la novia del próximo jefe

-¿Quieres que los despida? –encendí el auto y avanzamos

-No, claro que no

-¿Entonces?

-Dejémoslo por el momento así, si en un futuro no dejan de hacer eso... ¿Qué harás con el puesto de jefe?

-Pensaba contratar a alguien. No me agrada la idea de atender una cafetería

-¿Entonces por qué la compraste?

-Porque si algún día quiero que salgas del trabajo, no le tengas que pedir permiso a nadie

-¿Solo por eso?

Acepté con la cabeza.

-¿Entonces no te importaría que yo tomara el puesto de jefa?

-Claro que no –sonreí –sería mucho mejor dejarla en tus manos que en las de un desconocido

Se quedó en silencio por unos segundos.

-Sé jefe por unos meses y después tomaré el puesto

-Hecho

Pensé que iríamos directo a casa, pero en el tiempo que Jessa no estuvo en casa, yo no me moleste mucho en comprar cosas para la despensa, por eso ella pidió que fuéramos al supermercado.

Jessa llevaba una lista de cosas en su teléfono mientras que yo simplemente me encargaba de llevar el carrito de mandado. Un tiempo fui el carrito, pero ahora soy quien lo lleva. Ella tiraba cosas dentro del carrito mientras susurraba en voz baja. Creo que tenía una discusión consigo misma sobre qué llevar y cuál marca convenía más y al verla así de concentrada, era mejor no decir nada y dejarla continuar. 

Blanco o Negro ¿Aún me quieres? (MinYoonGi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora