Allure Scent [Eunhae +18] [En Edición]

Prólogo

- Ya te dije que no quiero que me regales nada – dijo Hyukjae en desaprobación a su novio de cabello castaño. Las joyas eran lo suyo, le gustaba utilizarlas como accesorio, pero no quería que gastaran tanto dinero en él – y menos esos anillos tan costosos, olvídalo.

Donghae miró al de cabello negro corto y desordenado, con desilusión; era fin de mes y hace poco le habían pagado, quería cumplir esa fantasía infantil de tener anillos de pareja como todos los demás. Le impedía que Hyukjae no fuera tan romántico como él, ni siquiera le dejaba comprar un regalo para su segundo aniversario.

- Hyuk, por lo menos déjame llevarte a cenar – dijo finalmente después de un suspiro

- ¿Hamburguesas? – Donghae lo miró serio, las veces que iban a comer hamburguesas era un fiasco, ya que Hyukjae siempre lo convencía de comprar un combo y el pelinegro compraba la porción de papas más pequeña. - ¿Deokbokki de la señora del centro? – "Ni hablar" pensó el menor, siempre que compraba terminaba desechando la mitad ya que se las arreglaba para no probar ni un bocado finalmente.

- Oye, ¿no puede ser un restaurante elegante esta vez? – insistió – Es nuestro aniversario, debemos hacer algo especial para esta noche – lo miró una vez más, con esos ojos cafés que brillaban en ilusión de una noche inolvidable – sé que no comes mucho, pero podemos compartir algo. ¿Por favor, Hyuk?

Hyukjae se caracterizaba por no salir mucho a comer, desde que se conocieron comía muy poco debido a que le confesó que tenía muchas alergias, pues cada vez que comían algo juntos, el chico de cabello azabache sentía malestares en el estómago y tenía unas horribles ganas de vomitar. Luego de eso consumía unas pastillas que lograban que mejorara un poco.

Odiaba mucho la idea de tener que ir a un restaurante para enfermarse del estómago, pero hay algo que siempre lo convencía y era esa mirada.

- Hae, bebé. No me mires así – imploraba Hyukjae llevando su mano al rostro de su novio y acariciando suavemente su mejilla, suspiró derrotado – No puedo decirle que no a ese rostro.

Donghae sonrió hasta que sus ojos se cerraron parcialmente y contagió a su novio, quien luego le besó sus labios brevemente, aunque tenía un pequeño sentimiento de resignación.

Retomaron su camino por la avenida del centro hasta que se toparon con un restaurante italiano muy elegante, del cual el chico castaño pensó que sería perfecto para su cena al ver las luces del nombre sobre la gran puerta donde había una anfitriona lista para captar comensales. Ella los guió dentro del restaurant y le indicó a un mesero que estaba libre que les buscara una mesa para dos.

En su camino, los jóvenes recorrieron con la mirada el lugar con asombro. Los grandes candelabros en el cielo iluminaban muy bien el lugar, con paredes de madera y mesas con manteles rojos le daban un toque clásico. El mesero les indicó una de las mesas que se encontraba al medio del salón y dejó el menú para ellos. Ambos agradecieron y él se retiró.

- Vaya, creo que sí será una cena muy especial después de todo - Hyukjae asintió aún resignado y con la idea de ese tipo de veladas le incomodaba, pero celebrar su aniversario y ver a su novio muy feliz, le tranquilizaba de alguna manera.

- Te lo dije – Donghae volvió a sonreír como a su novio le derretía – ¿crees que será bueno compartir algo? No quiero que te enfermes, ¿estará bien el fetuccini a la boloñesa para dos? Ya anticipo que no comerás mucho, sea lo que sea.

- Comeré lo que tu elijas, Cariño. No te preocupes – Hyukjae llamó al camarero e indicó la orden para dos que Donghae había elegido para ellos y un vino francés de los más caros en la carta. La ocasión lo ameritaba.