Allure Scent [Eunhae +18] [En Edición]

III

Donghae suspiró una vez más viendo su reflejo en el baño.

Se había convertido en un vampiro completo, y según lo que le había comentado su pelinegro, mantendría su apariencia actual por el resto de su vida.

Pero el castaño se miraba en el espejo del baño. Llevo su mano a su rostro y cerró los ojos al percibir lo tersa que se había vuelto. El cuidaba de su rostro como todas las personas, pero nunca había logrado esa suavidad como la piel de un bebé. Su cabello brillaba bajo la luz blanca del baño. Por primera vez en su vida se sentía atractivo, algo en lo que jamás se había preocupado en lo más mínimo.

Aún le extrañaba como beber sangre podía energizarles tanto y hacer que su apariencia mejorara considerablemente.

Sus orbes carmesíes se enfocaron en su reflejo cuando pensó en la enfermera, a quien había visto caer de bruces al suelo desmayada después de soltar su cuello. Se sentía tan culpable y con el corazón, que ya no latía, apretado.

Gracias a la presencia de Hyukjae y su amigo, la enfermera solo sufrió un desmayo por la falta de sangre, nada tan grave que no pudiera ser tratado dentro del hospital con un poco de suero.

Respiró profundo para calmar ese sentimiento a flor de piel. Observó de nuevo al espejo y sus ojos habían vuelto al castaño oscuro de siempre.

Luego de que Donghae había calmado un poco su hambre, el amigo de su novio se había presentado formalmente como Cho Kyuhyun, quien mientras en un apretón de manos amigable, dijo que eran amigos desde antes de que él naciera; lo que hizo que las chispas de curiosidad empezaran a revolotear por su cabeza.

Tenía tantas preguntas que podría tardar una eternidad en preguntarle a Hyukjae por todas ellas.

Kyuhyun se había ido luego de que el castaño se tranquilizó, así que por un momento pensó que pronto se irían a casa. Se vistió con la ropa que ni siquiera recordaba que llevaba, una camisa holgada de mangas cortas, con unos pantalones de chándal y zapatillas.

- Kanghoon dijo que pasará el jefe de sector a darte el alta – dijo Hyukjae entrando al baño – Y de paso le dije si podríamos ir a su consulta un momento, le pedí un favor.

Donghae solo asintió con pesadez.

- ¿Qué sucede? – el pelinegro se acercó a su pareja y puso la mano en su hombro con preocupación - ¿Aún sientes hambre?
Donghae quiso quitarse esa molestia de la garganta aclarándola después de hablar, pero seguía igual.

- ¿En algún momento dejaré de sentir esta cosa en la garganta?

Algo positivo era que no estaba siendo tan intenso como antes.

- Tu cuerpo se está acostumbrando a los cambios, por eso necesitas alimentarte más por ahora.

- ¿Debo volver a hacer eso?

Donghae se estremeció cuando la imagen de lo que había pasado volvió a pasar a su mente; si bien su bestia interna estaba manejando su cuerpo, no le gustó nada la sensación que eso generó después.

Hyukjae tomó el rostro de su novio con sus manos y acarició las mejillas en un delicado toque de sus dedos pulgares en ellos.

- Te enseñaré una forma mejor de hacerlo sin causar dolor en las personas, ya lo verás.

Le dio un beso en la punta de la nariz, que le causó cosquillas, pero fue reconfortante. Donghae respondió dejando un beso fugaz en los labios.

Era medio día cuando el doctor cabecilla de la sección le dio el alta por mejoría. De una enfermedad inexistente, por supuesto.