Bien tenía que salir de aquí tenía que irme lejos, quería correr a los brazos de mi madre tomó las llaves de uno de mis autos y corrí hasta el me metí y sólo escuche el grito: -¡Espera Lizbeth!
Me quería morir, sentí algo horrible en mi pecho no podía respirar acelere, ¿Hacia dónde iba? No sabía quería estar lejos de todo, lágrimas caían de mis mejillas, mi maquillaje estaba arruinado no me importaba, quería estar a su lado, sin darme cuenta estaba frente a un bar, baje mis piernas temblaban, al igual que todo mi cuerpo.
Me senté pedí una botella de whisky, bebía sin parar veía flashes a mi alrededor me comenzaron a molestar, salí del bar y comencé a caminar sin rumbo alguno mis lágrimas cada vez se hacían más no paraban ¿por qué ella? Me repetía en mi cabeza, escuche mi nombre no me dio importancia seguía caminando sin rumbo alguno, sentía pasos detrás mío no me importo, caminaba y sí me pase un semáforo.
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Estábamos en el Centro de Nueva York cenando eran alrededor de las 8 pm.
-¡Esa tipa no se cansa de molestarme!
-De que hablas Cassi.- Gire mi cabeza hacia la dirección de Cassandra y la vi perdida, con lágrimas en su rostro; sentí algo extraño dentro de mi, sentía dolor, dolor por verla así, salí del lugar me siguió Cassi.
-¡Lizbeth!.-No volteo.
- ¿Qué le sucede? -Pregunto mi novia
-No lo se.- conteste- ¡Lizbeth! ¡Alto! ¿Qué haces?
Corrí pero no fue suficiente la atropellaron.
-¡Ahhhh! ¡Derek llama a una ambulancia!
Le lance mi teléfono a mi novia, corrí más rápido y fui por ella la tome y se veía tan hermosa, la abrase con mucha fuerza, veía muchos flashes no le tomaba importancia sólo le ponía atención a ella.
Llego la ambulancia actuaron rápido, Cassi y yo nos subimos en esta, Cassi no paraba de llorar, y yo sólo la trataba de tranquilizar pero era imposible, estaba temblando y pensando que le había sucedido a Mills.
-¿Ella estará bien?, ¡Oh! Lizbeth perdóname, perdóname, no quiero que mueras.- escuchaba decir a Cassi.
Yo sólo guardaba silencio algo dentro de mi dolía,me dolía verla así.
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Nunca me dejes
RomanceElla una chica nada común, era una de las mayores estrellas del mundo Lizbeth era una chica baja, de piel blanca como la nieve, una nariz pequeña y linda, unos ojos color cafés oscuro casi negro, se enamoró del menos indicado el famosísimo Dereck un...