El día que estábamos esperando por fin había llegado: el cumpleaños de Seba. Cociné un asado e invité a todos sus amigos al patio de nuestra casa. Nos había tocado un día hermoso, lo cual suele ser raro para la época en la que estamos, ya que por lo general, hay mucho viento o lluvias antes de que nos adentremos por completo al invierno.
Ya teníamos varias visitas en nuestra casa. Algunos niños correteaban, mientras todos los adolescentes estaban sentados en una de las mesas mas alejadas y los adultos de la otra punta.
Decido entrar a la casa a afilar mi cuchillo. Saco mi piedra y la llevo afuera y en eso veo a alguien que no había invitado. El descarado de Leo se dio el lujo de invitar a Rocío. No ouedo creerlo ¿Se conocen por un día y ya se invitan a sus casas? Eso no era concebible en mis épocas.
—Rocío ¿Cómo estás? Qué bueno verte.— le salude tratando de disimular la ironía.
—Hola profe, disculpe el atrevimiento pero su hijo me invitó.
—¿Ah sí? ¿Quién lo diría?— miro a Leo con falsa emoción.
—Nos hicimos muy amigos papá así que la invité a que conozca la familia.— me dice con cara sonriente.
—¡Pero qué bien!.. Bueno, me voy a seguir con el asado, que lo disfruten.
Cuando me acerco al chulengo, veo a Juan acercarse a mi.
—Linda la fiesta Davidcito.
—Gracias Juancho y no me digas Davidcito por favor.
—Cierto que no te gusta, perdón. ¿Viste las noticias hoy?
—No la verdad que estuve muy ocupado con el cumple de Seba ¿Por qué?
—¿Te acordas del conglomerado de tormentas?
—Si ¿Cómo sigue ese tema?
—Está pasando lo que yo te dije David.
—¿Qué cosa?
—Las tormentas no se disipan, las noticias dicen que está todo bien, pero yo creo que hay varias cosas que no nos están diciendo.
En ese momento su mirada cambió, empezó a sudar, se veía algo… paranoico. Es como si su semblante denotara de un momento a otro un cambio drástico.
—Calmate Juancho ¿Qué decís?
—¿Podemos entrar y hablar a solas? Es importante.
—Claro, ahora me acuerdo que me querías decir algo.
Nos dirigimos hacia dentro de la casa, miro a Leo que conversaba con Rocío y le pido que me cuide el asado. Luego, llevo a Juan hacia mi escritorio y empezamos a hablar.
—¿Hace cuanto nos conocemos David?
—No sé. Cuatro, cinco años ¿Por qué?
—¿Nos hemos vuelto buenos amigos verdad?
—Carlos ¿A dónde vas con todo esto?
—Yo no te mentiría David, vos lo sabés, no me digas que no.— me lo dice de una manera exaltada.
—Si, lo sé Juancho, lo sé. Relájate un poco y anda al grano por favor.
Comienza a respirar más lentamente y me responde.
—Tenes que sacar a tu familia de Comodoro.
—¿Qué?
—No tienes idea de lo que te va a pasar, de lo que le va a pasar a esta ciudad. Es horrible David… Es horrible…
Comienza a desesperarse, y yo a asustarme.
—Juan ¿de que estás hablndo?
—Tengo un contacto en un laboratorio secreto en las afueras de la ciudad, cerca de Rada Tilly. Él me puso al tanto de lo que está pasando. No tenes idea de lo que se viene.
—Explicate.
—¿El conglomerado de tormentas? No es un fenómeno natural, es una reacción a unas pruebas con productos químicos realizados en 1998, por científicos de varios países, Argentina también participó. Querían descubrir la manera de controlar flujos naturales para manipular tormentas y otros fenómenos climáticos.— me muestra unos papeles con fotos que respaldan lo que él me estaba diciendo.—David, estas tormentas no son como cualquiera que hayamos visto en nuestras vidas. Esto va a crecer y a crecer hasta que ya no podamos ver el sol.
—No... no, no puede ser.— agrego incrédulo.
—¡El mundo va a quedar en tinieblas! Van a haber mega tormentas en todas partes del globo, inundaciones, tsunamis, tormentas eléctricas, tornados tan enormes que nos van a hacer parecer hormigas.
—¿Me estás hablando enserio?
—¡Sí! Tenes que creerme.
Me paré por un momento y comencé a pensar. Vi la información, analice los datos, e inmediatamente llegué a una conclusión.
—Lo siento Juancho, pero no puedo creerte. Esta información es tan rebuscada como absurda.
—¿Qué? ¿Me estás hablando enserio?— se nota la indignación en el tono de su voz.
—Mirá, no te enojes, pero estos datos son muy incongruentes.
—David ¡Pensé que eramos amigos!
—¡Y lo somos! Pero... Juan, tenés que ponerte en mi lugar, no podes venir con semejante estupidez el día del cumpleaños de mi hijo.
En ese momento el toma las hojas de mi mano y me las quita de forma brusca y con claras intenciones de enojo.
—De todas las personas que pensé que iban a refutar esto... nunca pensé que serías vos.
—Juan, dale, vamos al cumple de Seba.
—No, tengo que irme. Voy a ir a algun lugar donde sea bien recibido.
—Juancho...— pero él azota la puerta y se retira.
Después de unos momentos Meli y Leo entran a la oficina.
—Te estamos esperando ¿Estás bien?— pregunta Meli.
No lo estaba sinceramente. Me sentía mal por causar ese malestar en mi amigo pero sin duda volvería a hacer ¿quien podría tragarse semejante farsa? ¿que otra opción tenía?
—Si, estoy bien. Vamos a cantarle el feliz cumple a Seba.
—¿En serio pa? ¿Que le pasó a Juan?— pregunta Leo.
—Después les explico, vamos.
Cantar el “Feliz cumpleaños” para Seba es tan solo una formalidad, más para los invitados que para él, ya que odia esa parte del festejo. Por eso nos brinda una fingida sonrisa mostrando todos los dientes para algunas fotos.
No lo culpo. No recuerdo mucho los cumpaños de niño, basicamente porque mamá decía que eramos demasiado pobres para tanto lujo, pero si recuerdo que aún siendo solo ella la que me cantaba feliz cumpleaños, igual me incomodaba. No sé, hay algo acerca de ser el centro de atención que nunca me gustó mucho.
Intentaba volver a la normalidad, pero la mirada de Juan mientras se alejaba... no sé qué tenía, no sé si era locura o desesperación, pero esa mirada… me atormentaba.
Había muchos factores que me hacían dudar. Él nunca pareció una persona paranoica pero ¿Realmente me mintió? No puedo pensar en esto, debo enfocarme en Seba. Este es su día.
Trato de tranquilizarme, trato de estar bien, pero me cuesta. ¿Por qué pasó esto justo hoy?

ESTÁS LEYENDO
El Reino de las Tormentas
De TodoDavid es un profesor universitario con una extraña fobia, el miedo a la lluvia. Cuando el destino del mundo entra en juego por unas tormentas de proporciones apocalípticas, David deberá encontrar a su familia misteriosamente desaparecida mientras en...