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—monólogo de Carla—
Ese día, mi madre me dijo algo.
Entonces no me di cuenta,
Que estos eran mis verdaderos sentimientos.
Sin siquiera darse cuenta,
El respeto y la tristeza que acechaban dentro de mí,
comenzó a convertirse en repugnancia y rabia.
Como el agua, lentamente,
Poco a poco fue borrando las rocas.
Muy lento...
—fin del monologo—
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Krone: Carla, eres tan sorprendentemente similar a Giess.
Carla: ... ¿Ah?
Krone: Nada. Sólo estaba hablando conmigo misma. Ahora, por favor, muéstrame la herida.
Carla: ... ...
Krone: No te hagas ver como alguien fuerte. Aunque estoy seguro de que dirás que se curará, si lo dejas como está.
Krone: Pero no quiero verte sufrir así. Así que, déjame tratarte.
Carla: De acuerdo.
Krone: ... Haa ... El rastro del estigma ... Parece una especie de enfermedad.
Carla: ... Al igual que la enfermedad que mató al Conde Pasteur, ¿verdad?
Krone: Sí. Después de su muerte, todos sus alrededores y todos los que le rodeaban desaparecieron uno tras otro.
Carla: Por favor, no te preocupes. Es mi padre el que grabo algo en mi
Krone: Lo comprendo. Pero aún así da miedo que nosotros, cuyos cuerpos deberían ser inmortales y no estar afectados por ninguna enfermedad, podamos desaparecer...
Carla: Se rumorea que fue envenenado.
Krone: Envenenado... ...¿hay realmente un veneno que pueda matar a un inmortal?
